23/10/18

1977... El PSUC y el nacionalismo miden sus fuerzas... uno de los dos iba a perder. Perdió el PSUC. ¿Hubo unos emboscados nacionalistas, dentro del PSUC, que no ofrecieron demasiada resistencia? La izquierda es la gran responsable de lo sucedido en Cataluña



"José Enrique Ruiz-Domènec (Granada, 1948) se ha dejado ir en su nuevo libro, Informe sobre Cataluña, una historia de rebeldía (Taurus), editado en catalán por Rosa dels Vents. (...)

Su diganóstico es claro: "La izquierda es la gran responsable de lo sucedido en Cataluña", al entender que no supo plantar cara o proyectar una alternativa al nacionalismo​ en los años clave, a finales de los setenta y principios de los ochenta. 

Historiador, catedrático de Historia Medieval en la UAB, profesor visitante en numerosas universidades europeas y americanas, autor de obras como Europa, las claves de su historia, Ruiz-Domènec se moja y recuerda algunos episodios que considera decisivos. (...)

(...) --Usted se queda con una imagen. Manifestación de la Diada de 1977, en Paseo de Gràcia. El PSUC y el nacionalismo miden sus fuerzas. Y dice, “uno de los dos iba a perder. Eso estaba claro”. Perdió el PSUC. ¿Eran unos emboscados nacionalistas, dentro del PSUC, que no ofrecieron demasiada resistencia?

--No, lo que pasa es que el PSUC se fracturó en dos partes y fue liquidándose. No se dio cuenta de que la renuncia a los valores de la izquierda, para absorber los valores nacionales, a la larga iba a ser un problema serio para la clase obrera. Porque la clase obrera existe, con mono azul o con camisa blanca. Y abandonaron 60 años de lucha. ¿A cambio de qué? No controlan el sistema, y hay una rabieta de los que se sienten huérfanos.

--¿La mayor responsabilidad es de la izquierda?

--Para mí la izquierda es la gran responsable. Yo me vine a Cataluña porque era un referente de la izquierda. Y hemos visto lo sucedido.

--¿Se siente traicionado?

--No, me sentí en los años setenta. Luego vi por dónde iban las cosas. Es cierto que todo sucedió muy rápido. En tres años, entre 1977 y 1980, hasta la victoria de Pujol. Y hubo una gran responsabilidad de historiadores y académicos.

--¿Josep Fontana?

--Fontana, por ejemplo. Él tenía los mejores enlaces con la academia, fuera de España. Pero no supo afrontar una buena selección de personal, no aguantó las presiones, dio bandazos. Lo lamento sinceramente. Le tenía mucho afecto, compartimos un curso, los dos nos habíamos divido el temario y colaboramos de forma estrecha. Luego llegó la victoria de Pujol, la cesión de Joan Reventós…Porque se dijo que hubo presiones de Estados Unidos. No, lo que pasó es que no se presentó una alternativa, o no se quiso. El PSC abrazó la municipalidad, y organizó los Juegos Olímpicos, que fueron triturados.

--¿Considera que aquel episodio de los jóvenes convergentes que quisieron boicotear los Juegos, con la campaña Freedom for Catalonia, fue decisivo?

--Fue una muestra clara de lo que pretendían. Todos están ahora al mando del proceso independentista (Josep Rull, Jordi Turull, Joaquim Forn, que están en prisión, junto a Oriol Pujol, David Madí o Francesc Homs), y hay que recordar quién llevaba la bandera española en el desfile olímpico: el ahora Rey de España. Todo es muy coherente.

--¿Estaba todo pensado desde entonces?

--Totalmente. Pujol ejerció de estratega. Pensaba que se requería tiempo, cambios generacionales, y aprovechar la debilidad en algún momento del Gobierno central. Con Felipe González era difícil, porque tuvo mayorías absolutas. 

Aunque hizo alguna cesión, y se enfrentó a Alfonso Guerra, que defendía un partido socialista propio en Cataluña, a partir de la federación catalana del PSOE. González se dejó convencer para que hubiera solo un partido, el PSC. Eso se debería estudiar más a fondo.

--¿Traicionó el PSC a sus propios votantes?

--Creo que sí, aprovechando el voto cautivo, porque Felipe González llegaba y decía: tenéis que votar a tal candidato, que era del PSC, con una orfandad intelectual total.

--El otro momento crucial, a su juicio, tras el de los Juegos Olímpicos, es la cesión de la cartera de Cultura a ERC, en el primer tripartito, con Pasqual Maragall de presidente.

--Me pareció gravísimo. Conculca el principio gramsciano, que aboga por la hegemonía en el campo cultural. Y ya hemos visto que ha pasado: todos los que apostaron por ello, se han pasado con armas y bagajes al independentismo, como el hermanísimo (Ernest Maragall, como candidato de ERC a la alcaldía de Barcelona). Esa es la prueba. (...)"                    (Entrevista a José Enrique Ruiz-Domènec

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