"(...) Steinko pasa a definir qué es la identidad desde una concepción materialista. Así, la identidad sería la percepción que cada uno tiene de sí mismo, pero no en abstracto, sino en la coyuntura concreta, no directamente relacionada con el cambio social impulsado por el proceso de modernización capitalista, aunque sí está –obviamente- influido por él.
No hay paralelismo mecánico entre cambio
social (modernización capitalista y los diferentes grados y
protagonismos de los sectores tradicionales o estatales en cada país) y
la formación de identidad de cada persona o grupo social, pero ambos se
relacionan, porque para Steinko, no podemos entender la definición de la
identidad como un proceso ahistórica.
Lo importante de la conformación de las
identidades, son las narrativas que se diseñan y surgen a partir de
ella. También hay que tener en cuenta que las identidades no son
aleatorias, sino que cumplen una funcionalidad, lo que les quita
arbitrariedad, ya que tienen que tener una relación con la realidad,
tiene que obedecer siempre a algo mínimamente real. Definida la
identidad, el profesor Steinko pasa a concretar dicho concepto en cada
marco de sociedad: la tradicional, la moderna y la relacionada con el
Estado.
En los espacios tradicionales de la sociedad,
predomina el Etnos. Etnia, tradición, familia, mundo local, lazos
estáticos y economías locales; los procesos de transmisión social
responden a lo anterior, siendo la familia, la Iglesia, la comunidad los
mecanismos de transmisión identitaria, que de manera automática, se
transmiten de unas generaciones a otras.
La tendencia a la
automatización son muy fuertes y refuerzan la visión naturalizadora de
la identidad, surgiendo la concepción del pueblo, el alma popular, la
visión de pueblo ahistórica y esencialista, tan propagada por el
romanticismo.
En las sociedades modernas, las identidades
surgen de las relaciones mercantiles y de la incorporación al trabajo
asalariado, que separa a las personas al trabajo, de la comunidad a la
fábrica, aparece mecanismos de educación diferentes de la familia, como
la Escuela y la construcción consciente en ella de una identidad
nacional. Predomina la vida urbana y masificada, lo que le obliga a
pensar en un todo y ensanchar su visión cognitiva del mundo.
Surgen
identidades colectivas producto de este proceso de modernización
capitalista, pero que en un primer momento, parten de las identidades
rurales de las sociedades tradicionales. De esta forma, la conciencia
obrera primigenia, es deudora de esa identidad tradicional rural.
Eran momentos todavía en los que los Estados
no eran sujetos protagonistas constructores de identidades, pero con la
Segunda Guerra Mundial, los Estados irrumpen con un protagonismo no
conocido. El proceso de modernización identitaria, de los ambientes
proletarios tradicionales se va extinguiendo rápidamente, pasando de una
identidad obrera a una identidad cada vez más ciudadana.
El Estado ya no solo se centra en elementos relacionados con el ejército o el orden público, o movilizar al campesinado a la guerra a través de la transmisión de una identidad patriótica movilizadora de la guerra, a un Estado generador de identidades ciudadanas más democráticas, propias de los Estados del bienestar de la segunda pos guerra mundial, muy importante para entender la generación de identidades basadas en la individualización de las sociedades capitalistas modernas.
Este proceso de individualización comienza a crear un espacio público que conocemos como Demos. El Estado crea una infraestructura cultural y educativa para el desarrollo de ese demos, junto con el surgimiento de importantes medios de comunicación primarios. (...)"
(Conferencia de Armando Fernández Steinko (UCM), Eddy Sánchez Iglesias , Mundo Obrero, 14/07/18)
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