14/9/18

Para los obreros castellanohablantes, en las elecciones autonómicas el adversario de siempre es la derecha catalana, el pujolismo, y votan a Ciudadanos, que es visto como el más hostil y antagónico a los pujolistas

"(...) En Catalunya, los partidos independentistas gobernantes tienen predominantemente el apoyo electoral de la población con niveles de renta superiores a la media, la cual habla predominantemente el catalán. Su área posible de expansión es la clase trabajadora, que en su mayoría es de habla castellana y de nivel de renta inferior a la media. Esto es esencial para entender Catalunya. 

En realidad, siempre ha habido dos Catalunyas (según la Encuesta de usos lingüísticos de la población 2013, desarrollada conjuntamente por la Dirección General de Política Lingüística de la Generalitat de Catalunya y por el Instituto de Estadística de Catalunya, las clases medias de renta media superior tienen como lengua mayoritaria habitual el catalán, mientras que la clase trabajadora tiene como lengua mayoritaria habitual el castellano).

En Catalunya, el partido hegemónico en el bloque independentista es la “derecha de siempre”, el pujolismo, que ha sido responsable de las políticas neoliberales (votadas en las Cortes Españolas con el PP) que han dañado extensamente a las clases populares y trabajadoras catalanas

Es difícil que se establezca una alianza entre el bloque independentista actual, dirigido por la derecha, y las fuerzas políticas enraizadas históricamente en la clase trabajadora como el PSC, o con aquellas fuerzas que la clase trabajadora considera erróneamente que defienden sus intereses, como Ciudadanos. 

Los barrios obreros consideran que su mayor adversario en España es el PP, y han votado a En Comú Podem, pues lo perciben como el mayor y más creíble contrincante frente a la derecha de siempre en España. 

Pero en las autonómicas el adversario de siempre es la derecha catalana, el pujolismo, y votan a Ciudadanos, que es visto como el más hostil y antagónico con tal establishment. Es difícil que el compromiso histórico pueda ocurrir, a no ser que fuera la izquierda independentista (realizando políticas distintas de las neoliberales) la que dirigiera el proceso

Los obreros de Glasgow votaron al Partido Nacional Escocés, no por su secesionismo, sino porque sus propuestas estaban más a la izquierda que las del Partido Laborista. Con Corbyn a la cabeza de este partido, el apoyo bajó. 

Y ahí está la gran diferencia también con Catalunya y con España.  Es muy difícil que se expanda este apoyo al independentismo entre la clase obrera que Sánchez-Cuenca considera necesario para que el independentismo pueda vencer.

 Los dirigentes del gobierno son de la derecha neoliberal dura. La consejera de Presidencia y portavoz del gobierno catalán, Elsa Artadi, una de las personas más influyentes en este gabinete, es una fiel seguidora (y traductora) de los trabajados del principal ultra liberal que existe en Catalunya y en España, Sala i Martí. Y la mayoría de economistas del equipo gobernante pertenecen a la tradición neoliberal.

 Este es uno de los mayores obstáculos para el establecimiento de tales alianzas. El bloque independentista gobernante es visto como el establishment político-mediático catalán responsable en gran parte del enorme deterioro social de las clases populares. El tema nacional ha ocultado la importancia del tema social, pero este todavía existe y condiciona cómo el tema nacional se reproduce y persiste

Aquellas nuevas fuerzas políticas que, donde gobiernan, como en Barcelona, son conocidas por su defensa de los intereses de las clases populares, como En Comú Podem, son las mayores proponentes de una amplia alianza de las fuerzas progresistas que quiere incluir tanto a las izquierdas independentistas como a las no independentistas, pero el dominio del tema nacional, hegemonizado en España hasta hace unos días por el Partido Popular (los herederos de las fuerzas que controlaron el Estado dictatorial) y en Catalunya por el pujolismo (que ha controlado las instituciones de Catalunya durante la mayor parte del periodo democrático), ha dificultado la resolución del enorme problema social. Esta es la realidad poco comentada en los mayores medios de información y persuasión del país."                            (Vicenç Navarro, Público, 12/07/18)

No hay comentarios: