"Vivo en Pozuelo, un municipio a muy pocos kilómetros de
Madrid, a donde me desplazo cada día a trabajar. Es la ciudad más rica
de España, con una renta media por familia de 73.000 euros. Pozuelo está
lleno de buenas escuelas privadas. Muchos de mis vecinos no usan ni la
educación pública, ni la sanidad pública.
Supongamos
que alguno de mis vecinos empieza un movimiento por el “derecho a
decidir” de Pozuelo. Su propuesta a nuestros convecinos es sencilla:
seguiremos en la UE, pero seremos independientes de España.
Les explicará que los más de 35.000 euros de impuestos
que pagamos por familia (incluidos más 20.000 euros de IRPF) van a
financiar servicios de los que no disfrutamos. Les contará que
Carabanchel nos roba, como nos roban los extremeños y andaluces.
Prometerá un dividendo fiscal de 20.000 euros por familia.
“Yo”, dirá el político del movimiento "Juntos por Pozuelo Soberano e
Independiente" (JPSI), “me comprometo a mantener un pueblo libre y
seguro con IRPF a tipo 0. Nadie pagará impuesto sobre la renta. Con el
IVA y los impuestos municipales actuales será suficiente para tener un
excelente nivel de servicios”.
Los costes,
argumentará el político de JPSI, son nulos. La libre circulación en el
seno de la UE quiere decir que los vecinos de un nuevo Estado de Pozuelo
soberano seguirán yendo a trabajar a Madrid o a donde quieran. El
mercado único garantiza la libre circulación también de productos en los
supermercados. La seguridad externa está garantizada por el paraguas de
la OTAN.
Con un poco de suerte, si JPSI le da a la
historia una cierta pátina anti española, la izquierda posmoderna se
apuntará a la reivindicación nacionalista pozuelense.
Algunos del resto de España, a los que el “Derecho a decidir” les suena
inapelable, se movilizarán por el referéndum de Pozuelo.
Incluso
algunos en Andalucía, en Extremadura, y en Carabanchel, apoyarán esta
reivindicación “antisistema”. No se percatarán (alucinante, ¿no?) de
que, si los de Pozuelo pagamos menos impuestos, los de Extremadura y
Carabanchel recibirán menos servicios.
La
independencia de Pozuelo quizás no salga en el primer referéndum, pero
poco a poco, mis convecinos empezarán a escuchar el mensaje de
“Carabanchel nos roba”, y el virus empezará a hacer su trabajo: “y yo
que tanto trabajo, ¿por qué pago estos impuestos tan altos para que los
vagos de Carabanchel tengan servicios sanitarios que no pagan?”,
empezará a decir cada día más gente. Poco a poco, el movimiento calará.
"Un día, los de Pozuelo seremos libres y soberanos", les repetirán.
Espero, querido lector, que el argumento esté claro. Los derechos a la
autodeterminación no son compatibles con el estado del bienestar y los
servicios públicos de calidad, especialmente en un mercado único e
integrado. Los más ricos siempre tendrán un incentivo a disfrutar de lo
bueno (el mercado único, la libertad de circulación) sin pagar por la
redistribución a los más pobres.
Es por eso por lo
que Europa nunca puede, ni debe, permitir que estas reivindicaciones
insolidarias tengan éxito. Toscana o Baviera tendrían mucho que ganar si
pudieran separarse, sin coste, del resto de sus estados, a costa de sus
conciudadanos del sur de Italia o de Alemania del Este.
Lo pasmoso de la historia, en nuestro país, es el apoyo de la izquierda posmoderna a estas reivindicaciones anti solidarias. (...)
El “derecho a decidir” es el máximo enemigo del estado del bienestar.
Cuanto antes empiece la izquierda a reconocerlo, a afrontar sus
contradicciones y a explicárselo a aquellas personas que les votan,
mejor nos irá a todos" (Luis Garicano, eldiario.es, 27/09/17)
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