"Un manifiesto pide a la izquierda que evite la “ruptura” en
Cataluña. El filósofo Félix Ovejero y el exfiscal Jiménez Villarejo
alertan de las consecuencias del proceso soberanista.
Un manifiesto presentado este miércoles en Barcelona reclama
a los partidos políticos de la izquierda española y a los sindicatos
UGT y Comisiones Obreras que combatan los riegos de la "ruptura" social
que podría provocar la independencia de Cataluña y se sitúen como uno de
sus principales objetivos "el mantenimiento de la unidad de las clases
populares en Cataluña con las del resto de España".
Los
impulsores del manifiesto, el colectivo Juan de Mairena, se expresan de
manera contundente en contra del secesionismo desde una posición
claramente progresista. "No queremos, no podemos, no debemos resignarnos
a aceptar una ruptura que puede traer consecuencias muy graves para la
convivencia y el bienestar de la gran mayoría de la población, tanto en
Cataluña como en el resto de España", asegura el texto, en el que
también se carga contra "los ladrones de lo público" para que no "laven
su cara y sigan manchando sus manos con más sufrimiento añadido"
El documento ha sido leído en el transcurso de un acto en el
que han intervenido el filósofo Félix Ovejero, el exfiscal
Anticorrupción Carlos Jiménez Villarejo y Josu Ugarte, exdirector de la
asociación vasca Bakeaz. Los tres han coincidido en alertan de la
estrategia que está siguiendo el Gobierno de la Generalitat y los dos
grupos parlamentarios que lo apoyan: Junts pel Sí y la CUP.
Así, el exfiscal ha asegurado que el Ejecutivo de Puigdemont
"viola sistemáticamente su propia legalidad" por incumplir los
principios de la ley de consulta populares o por evitar la neutralidad
institucional y por querer un convocar un referéndum de independencia
sin tener competencias para ello.
Jiménez Villarejo no ha escatimado adjetivos a la hora de la
crítica y ha asegurado que suponía una "ignorancia histórica" invocar
el derecho de autodeterminación, ha arremetido contra la presidenta del
Parlament, Carme Forcadell, por invocar "equivocadamente una
inviolavilidad de la que carece" y evocado una cita del líder de la
CEDA, José María Gil Robles para equipararla al secesionismo: "Tomaremos
el poder cuando queramos".
Por su parte, Fèlix Ovejero, ha insistido en la
"argumentación desquiciada que ha comprado la izquierda española" al
mostrarse condescendiente con el soberanismo, especialmente a los
herederos del PCE y del PSUC, en referencia a Podemos y los comunes
catalanes."Un sentimiento no puede justificar un derecho político", ha
añadido Ovejero, quien ha comparado al nacionalismo con el sexismo por
su manera de actuar y justificarse con frases como "la maté porque era
mía".
En esa línea, el manifiesto considera "errónea la
reivindicación de la independencia, el referéndum o el denominado
derecho a decidir como derechos democráticos por sí mimos". El texto
considera que se trata de "propuestas políticas que deben ser
considerada como tales, no como derechos inherentes o debidos".
En otro
apartado se asegura que los lazos de unión entre las clases populares de
España y el resto de Cataluña son "lazos de fraternidad forjados a
través de los siglos" y no solo vínculos culturales, económicos,
políticos y familiares.
Josu Ugarte ha insistido en que "los nacionalismos vasco y
catalán han creado una profunda división" en las sociedades de esos
territorios. "Se reclaman diferentes pero en su interior se consideran
superiores. Son excluyentes, clasistas, xenófobos y antidemocráticos",
ha añadido Ugarte, quien ha exigido a los partidos de la izquierda que
sea "la enemiga de los intolerantes y los fanáticos" y a evitar el que
"el nacionalismo de los ricos rompa la convivencia de las clases
populares". (Pere Ríos , El País, 21/06/17)
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