25/4/17

Por qué es imprescindible el acuerdo con ‘España’ para organizar un referéndum y no un capricho imperialista? Pues por el censo

"(...) 1) En contra del derecho de autodeterminación nada, siempre y cuando se sostenga en los dos presupuestos habitualmente aceptados al caso: colonialismo y violación de derechos humanos (supuestos muy específicos que, por cierto, no están ahí para contarles el rollo a los independentistas catalanes, sino para evitar, concediendo, pero también limitando, que el mero nacionalismo se convierta en el argumento que rige los destinos de las comunidades políticas). (...)

2) Por qué es imprescindible el acuerdo con ‘España’ para organizar un referéndum y no un capricho imperialista? Pues por el censo -es decir: el sujeto de soberanía- que es la madre del cordero… el ‘quién decide en un referéndum’.  (...)

3) A propósito de lo anterior, no es salirse por la tangente decir que Escocia es distinta, como te recuerda Joan: son un conjunto de datos históricos, legales y sociológicos a tener en cuenta, que explican, en cierto modo, porque por ejemplo los catalanes, puestos ante la disyuntiva del todo o nada, están mucho más expuestos a una ruptura de la comunidad política por razones identitarias, lo que desaconseja especialmente cualquier conato de autoregalarse la soberanía unilateralmente y acusar de fascistas al resto de españoles (catalanes incluidos) que no lo tienen tan claro. 

Quebec sería un modelo mucho más aceptable. Ley diáfana y aceptada por todos los jugadores de antemano, mayorías reforzadas, quorums, blablá, y probablemente un proyecto independentista más cuajado, en lugar de ese engendro de coalición JxSí-CUP pillada con alfileres y lanzada por la pendiente del unilateralismo con el sostén del 30 y pico % del censo catalán. Es decir: acuerdos más amplios.

4) Como ves, por mi parte no hay obstinación a priori contra el referéndum, pero opino que no es la prerrogativa de una supuesta soberanía de Cataluña por la gracia de Dios, sino que la legitimidad sólo puede venirle de un pacto con el resto de ciudadanos españoles. 

Así respondo a tu pregunta de porcentajes: ni con el 100% de la población de Cataluña completamente a favor me parece impepinable. Aunque, evidentemente, por sentido común, por pragmatismo, y hasta por caridad cristiana, en ese caso lo normal sería que se impusiese una solución pactada.  (...)

7) Y algo más de fondo: si el ‘cómo’ planteado en el prusés me ha parecido penoso, y el ‘qué’ del referéndum una salida en falso a un dilema que exige más finura que el peso de una mayoría exigua ante el cisma del ser o no ser, el ‘porqué’ -en su doble vertiente simplificada: 

a) nacionalista: ‘porqué soy catalán, no español’, y 

b) crematística: ‘porque España nos expolia y sin ella viviríamos más y mejor’- me provoca una falta de simpatía tan intensa que trasciende el mero ‘yo votaría no’ para alcanzar por momentos la duda de si es éticamente admisible votar tal cosa… un poco como cuando se me plantea dejar fuera de mi comunidad política a un otro, cualquiera, por razones de clase o extranjería. Es subjetivo. Pero pesa.

Y 8) resumiendo: que yo asumiría, llegado el caso, un referéndum… pero eso no significa que ni de coña lo admita como el paradigma de solución democrática a un dilema político que con un poco menos de mala fe y narcisismo debería poder resolverse sin necesidad de rifarnos el papel de ganadores y perdedores a los chinos…"             (Cita Falsa, 05/03/17)

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