"(...) Respecto al ejército catalán, es conveniente alertar a
los partidarios de la independencia de Cataluña, que en el caso de
superar los numerosos obstáculos que se interponen para su realización, y
dejando aparte el principal, convencer a una mayoría suficiente de
catalanes, crear un ejército de la nada, como tantas otras cosas en un
nuevo estado, ocasionaría grandes costes, sociales, políticos y
económicos.
Algo que no abordaba Artur Mas, actual dirigente del
PedeCat (Partit Democràtic de Catalunya), en una conferencia formulada a
primeros de marzo pasado en la universidad Harvard Kennedy School de
Cambridge, Massachusetts (Estados Unidos), afirmó que Cataluña con su
carácter europeísta deberá contribuir a la defensa común europea, y en
ese sentido, ser respetuoso con la OTAN y encuadrarse en ella.
Comparando Cataluña con los países escandinavos y escogiendo Noruega
como ejemplo, país que pertenece a la OTAN y con un ejército de 26.000
efectivos. Otra destacada dirigente del PedeCat, Marta Pascal, tampoco
abordaba nada sobre los costes y en unas declaraciones similares,
afirmaba que Cataluña debe pertenecer a la OTAN para contribuir la
seguridad común.
Añadiendo algo nuevo y substancial, que en la gestión
del ámbito de la seguridad, debe haber una colaboración entre lo público
y lo privado. Es de suponer que está proponiendo que las empresas de
seguridad privadas intervengan en la seguridad pública. Ahí es nada, la
privatización de la seguridad y por qué no, también de los ejércitos.
En ERC, a pesar de no pronunciarse sobre una cuestión
de tanta enjundia, en su interior existe un debate entre los
partidarios y contrarios al ejército catalán. Para mediar en el debate,
Joan Tardà, diputado en el Congreso de Diputados, en más de una ocasión
ha hablado de que Cataluña debería disponer de una “milicia”, sin
especificar demasiado en qué consistirá, si será una fuerza paramilitar o
un ejército “popular”, pero fuerza militar al fin y al cabo.
Lo que ninguno de los partidarios del ejército
catalán dice, es que crear unas fuerzas armadas tendría unos costes
económicos elevadísimos, unos 25.000 efectivos, sólo considerando un
gasto del 1,5 del PIB catalán representaría un gasto de 3.000 millones
de euros anuales.
Además de todas las infraestructuras militares que no
posee Cataluña, cuarteles, bases aéreas y puertos militares, la
adquisición de armamentos para equipar a esas tropas, aviones y
helicópteros de combate, fragatas, corbetas, blindados y armas para el
ejército de tierra.
Unos equipos que por lo bajo costarían entre 30.000 y
50.000 millones, que representarían un endeudamiento brutal para el
hipotético estado independiente, que ya hoy es tres veces su PIB, 74.000
millones.
Cataluña conseguirá aquello que su población desee,
pero construir fantasías sin consenso social, político y sin los
recursos para llevarlas a cabo, como es el caso de un ejército, es una
propuesta de lunáticos." (Pere Ortega, Centre Delàs d’Estudis per la Pau, Público, 28/03/17)
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