"Los independentistas catalanes han decidido aplicar el manual de Brumario de Bonaparte y convertir la política catalana en un juego de realidad virtual.(...)
El bloque secesionista ha decidido proclamar la
república por la vía directa, de hecho, con opacidad, alevosía, sin
debate y sin tener los votos populares necesarios ni los diputados
posibles para hacerlo. Lectura única en el Parlament y punto.
El argumento es que es una práctica parlamentaria
habitual en otros parlamentos. Cierto. Pero ¿para proclamar la república
votando la secesión de Cataluña de España? ¿Por imposición?
Vayamos por partes. La famosa ley de transitoriedad
que nadie ha visto, salvo sus autores, segundo secreto mejor guardado
después de la fórmula de la Coca-Cola, no es más que la desconexión
unilateral de independencia, es decir, proclamar la república con 72
diputados y el 48% del voto popular. ¡¡Bravo!!
Para reformar el Estatut o aprobar la ley electoral,
se necesitan 90 diputados, dos tercios del Parlament. En esta lógica, la
secesión es un artículo más barato en el mercado político que las leyes
del antiguo régimen del Estado de derecho español. Ese pobre enfermo de
baja calidad democrática.
El asombro empieza a tomar forma cuando se comprueba
que el famoso referéndum de autodeterminación se convocará una vez
proclamada la república. Y la pregunta es, ¿no debería celebrarse antes
el referéndum que la declaración unilateral de independencia? No, por
favor. El referéndum se convoca con la nueva legalidad.
¿No
sería correcto convocar el referéndum y, con el resultado en la mano,
si sale vencedor en voto popular el sí, proclamar la república?
Segunda pregunta, ¿el referéndum no es para votar la
independencia sí o no, sino para ratificar la república proclamada? El
referéndum es de ratificación, ya que no hay vuelta atrás una vez dado
el paso secesionista. ¿Y si el resultado fuera negativo? Incógnita.
Complicado es entender la lógica interna del procesionismo, como diría
el Maestro Yoda.
Solo para aclarar conceptos. En lógica democrática,
¿no sería correcto convocar el referéndum y, con el resultado en la
mano, si sale vencedor en voto popular el sí, proclamar la república? Hacerlo al revés invalida el propio referéndum.
Pero, visto lo visto, va a ser que no. El argumento
del bloque independentista se ha basado en el referéndum como mantra.
Referéndum igual a democracia. No se deja votar al pueblo. Quien no deja
votar no es un demócrata. Votar es decidir y decidir es a través del
referéndum.
La verdad es que el derecho a decidir lo ejercemos desde 1977 en todas las elecciones. Y las elecciones del 27 de septiembre de 2015,
proclamadas como 'plebiscitarias' y con un lema definitivo, 'El voto de
tu vida', fueron como fueron y el resultado fue claro.
Un 48% bloque
independentista y un 52% bloque no independentista (unionistas,
federalistas, confederales). A partir de esa noche, los magos del
procesionismo cambiaron los parámetros para convertir una derrota en un
mandato democrático y parlamentario. Interesante la adaptabilidad de los
materiales de la independencia." (Gabriel Colomé, El Confidencial, 03/03/17)
No hay comentarios:
Publicar un comentario