30/11/16

¿Sugiere que el proceso soberanista es una cortina de humo para tapar los escándalos de corrupción del pujolismo? Sin duda.

"(...) ¿Sugiere que el proceso soberanista es una cortina de humo para tapar los escándalos de corrupción del pujolismo?

Sin duda. En su día, denuncié las declaraciones de Artur Mas en las que ridiculizaba el independentismo. Luego, el abrazo a las CUP y el soberanismo construido para mantener el poder me han parecido un engaño a la población. 

Es muy fácil manejarla de una forma sentimental o sentimentaloide, sobre todo cuando está dolida y escocida con una España repugnante. “Yo me quiero ir de España”, dicen. No te jode, yo también, pero ¿a dónde nos vamos y con quién? 

¿Le sorprende que algunos charnegos y sus hijos se hayan subido al carro?

 Eso roza la idea de culpa. A veces, me pregunto: “¿Cómo modificar esta sociedad podrida?”. Creo que sólo es posible desde lo local. Son muy interesantes los planteamientos de las alcaldesas de Barcelona, Ada Colau, y de París, Anne Hidalgo. 

Aunque todo esto viene de Pasqual Maragall, que aspiraba a la subsidiariedad en política: “Dame las mayores competencias posibles y yo construiré una sociedad mejor”. Eso me interesa, pero cuando identificas lo territorial con lo identitario, viene algo que relaciono con la raza. O, si lo prefieres, con la casta o la secta.

En ese sentido, ¿quién le parece el más wagneriano?
Pujol. Es que todos son Pujol… Su modificación de lo cultural cambia la sociedad. Es decir, en Cataluña lo cultural pasa en muy pocos años de ser cosmopolita a identitario, o sea, de progresista a conservador. Y toda esa construcción pujolista se basa en la educación y en los medios de comunicación.

 Por un lado, él vende un cambio educativo basado en la lengua, pero es falso, porque está basado en los contenidos. Por otro, toma los medios e impone unas cuotas de identidad. Luego la identidad se elimina del mensaje pujolista.

 De hecho, cuando es presidente de la Generalitat, su mujer, Marta Ferrusola, no tiene ningún problema en decir que los que vienen de fuera nos van a quitar nuestra religión y cultura.

El discurso de Pujol era antiinmigración. Me repele esta frase de Pujol: “Catalán es todo aquel que vive y trabaja en Cataluña”. Pues yo quiero hacerlo pudiendo ser aragonesa, alemana o zimbabuense. Pero en cuanto buscan la independencia, esa obligación de la identidad desaparece y lo que se nombra es lo social.

 De manera que ahora la presidenta del Parlament, Carme Forcadell, está llevando a cabo una reclamación de lo catalán y de lo social. Habla de dar calefacción y luz a los pobres, cuando lo que han hecho es recortar la sanidad, la educación, las cuotas sociales y la dotación pública. One moment, please: ¡usted nos está tomando el pelo!

Con este material, tendrá pendiente escribir Asesinato en la ANC.

[Risas] El personaje de Forcadell no merece una novela, sino una trilogía. (...)"                  (Entrevista a Cristina Fallarás, Henrique Mariño, Público, 11/11/16)

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