28/9/16

Una izquierda nunca vista: exigen privilegios para los territorios más ricos y se desentienden de los peones, pensionistas y parados de las comunidades más pobres

"(...) ¿Qué le pasa a la izquierda? (...) ¿Por qué cuando hay que decidirse entre igualdad y nacionalismo siempre acaban decantándose por éste último? (...)

Puede que la respuesta esté en la confusión entre el régimen franquista y el Estado español, que arrastran desde la dictadura. (...)

Es como si la izquierda alemana actual confundiera el régimen nazi con Alemania. El problema no es menor. (...)

(están olvidándose de las desigualdades sociales tanto como colaborando con sus enemigos de clase en las comunidades autónomas). Cuando el nacionalismo exige asimetría fiscal, cultural, económica, lingüística y jurídica no lo pide la totalidad de los ciudadanos de Cataluña, sino la clase transversal catalanista, el establishment

O dicho de otro modo, los que viven del negocio nacional y de sus emociones. Hasta ahora, tales clases oligarcas catalanas y vascas son las únicas que han gobernado en exclusividad desde la Transición. Una derecha retrógrada camuflada tras la estelada y adornada con estética de izquierdas.

La impostura no puede ser mayor, persiguen la igualdad económica entre los ciudadanos tomados uno a uno, pero sacralizan la desigualdad económica de los territorios; detestan a los ricos pero, si los ricos son los territorios, entonces reclaman su 3% y la soberanía suficiente para gestionarlo sin molestias. 

Es decir, exigen privilegios, reclaman paraísos para las rentas más altas y se desentienden de los peones, pensionistas y parados de las comunidades más pobres. Una izquierda nunca vista. Parece que desconocieran que miles de pensionistas de determinados territorios no podrían cobrar sus pensiones sin los excedentes de las más pudientes.

 Pepe Álvarez, el eterno presidente de la UGT Cataluña y ahora de España, es la imagen de toda esa impostura. Salió de las ruinas mineras de Asturias para pastorear al mundo obrero como mamporrero del nacionalismo catalán. Es la izquierda babosa, traidora, y colaboracionista con los caciques territoriales. (...)

Más bajo no podían haber caído. Recurren a los derechos históricos, remozan el Antiguo Régimen en nombre de rémoras constitucionales y estatutarias que deberían exigir abolir en lugar de generalizar, y pasan por progresistas. La intoxicación nacionalista ha llegado a las raíces mismas de la indecencia intelectual.

O desenmascaramos a esta izquierda vendida a las oligarquías territoriales y defendemos la igualdad, o los ciudadanos con menos recursos seguirán siendo ciudadanos de segunda en su propio país.

PD: Las fronteras para la izquierda, para la izquierda española también, deben tomar a los Estados actuales como fronteras coyunturales, como instantes históricos a superar en busca de la igualdad de todos los hombres. Ese es el ideal."                 (Antonio Robles, Crónica global, 27/09/16)

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