"(...) más allá del papel del liderazgo de Colau, en las
plebiscitarias del 27S, el centro del debate se ubicó en el eje nacional
y el electorado metropolitano, contrario a la secesión, castigó las
ambigüedades de la confluencia podemita y premió la claridad de
Ciudadanos, mientras que las legislativas españolas el debate se situó
en el eje social, que castigó las propuestas derechistas de Ciudadanos y
premió el programa izquierdista de Podemos.
De ello puede desprenderse
que las clases populares catalanas rechazan la independencia y apoyan un
programa de profundas reformas sociales y políticas en el conjunto del
Estado. (...)
En los primeros compases del mandato, el diputado podemita y ahora
secretario de organización de Podemos en Catalunya, Joan Giner, denunció
públicamente presiones de Coscubiela y Lluís Rabell, presidente del
grupo parlamentario y cabeza de lista de la formación, un independiente
que proviene del movimiento vecinal, para no romper la disciplina del
grupo que votó en contra de la declaración de desconexión del 9N.
Giner
denunció que había sido amenazado con la expulsión cuando manifestó que
era partidario de abstenerse para no coincidir con el “bunker” de PP,
Ciudadanos y PSC. “Lejos de ser una muleta legitimadora del inmovilismo,
hemos de trabajar por mantener un bloque democrático por el derecho a
decidir, transversal en el 80% de la sociedad catalana” –argumentó.
Una
postura que recibió el apoyo explícito de Jaume Asens, abogado y primer
teniente de alcalde del Ayuntamiento de Barcelona, del sector más
soberanista de Barcelona en Comú y partidario de formar un bloque con la
izquierda independentista, particularmente con la CUP.
Estas divergencias volvieron a manifestarse con motivo de la Diada
Nacional en la que ICV manifestó su radical negativa a acudir a los
actos organizados por la ANC, actos de carácter netamente
independentista, mientras que Ada Colau y el propio Fachín asistieron
con el argumento de no ceder el espacio autodeterminista a los
secesionistas cuando en esta manifestación no se reivindicó el derecho a
decidir, sino la independencia.
Además, Fachín participó junto a Anna
Gabriel (CUP) y Oriol Junqueras (ERC) en el acto celebrado en Sant Boi
de Llobregat, en homenaje al primer Onze de Setembre tras la caída de la
dictadura, donde se dejó seducir por los cantos de sirena de un
eventual tripartito de izquierdas soberanista.
Allí apareció, para
satisfacción de los independentistas, tras una estelada junto a los
dirigentes de ERC y CUP. Fachín, a esta mala jugada le quitó importancia
atribuyéndola a una “travesura” de Gabriel y Junqueras.
El proceso soberanista ha provocado una extrema polarización de la
vida pública catalana, donde resulta muy difícil situarse en una
posición intermedia entre los dos bloques antagónicos. Un espacio en el
que, en principio, parecía situarse CSQP al propugnar el referéndum y
rechazar la secesión unilateral y que cada vez resulta más complicado
mantener sin decantarse por una u otra polaridad.
Por otro lado, desde
el bloque soberanista se ha llegado a la conclusión de que, sin el
concurso del espacio de los Comunes, será prácticamente imposible
alcanzar la mayoría social necesaria para dar viabilidad a la secesión.
Ello ha puesto en marcha diversas operaciones desde el ámbito de la
izquierda independentista para atraerlos, algunas de las cuales están
teniendo éxito.
En este telón de fondo, Coscubiela y Rabell se han mostrado firmes
partidarios del llamado “derecho a decidir”, pero contrarios a una hoja
de ruta secesionista que, a su juicio, no conduce a ninguna parte. Por
el contrario, el sector liderado por Colau y Fachín parece mostrarse
proclive a buscar complicidades con la izquierda independentista más
allá de la defensa del derecho a la autodeterminación.
En cualquier caso, diversas fuentes periodísticas apuntan a gestiones de
la dirección española de Podemos ante Coscubiela y Rabell para que
cedan en la cuestión de la coportavocía del grupo parlamentario y
preservar la precaria unidad de la confluencia catalana.
Ahora bien, se
mantienen las incógnitas sobre si ello comportará también un giro en la
política de oposición a la hoja de ruta secesionista que hasta la fecha
ha mantenido CSQP o se verificará una aproximación a las fuerzas
independentistas mayoritarias en el Parlament de Catalunya. (...)" (Antonio Santamaría
, El Viejo Topo, 25/09/16)
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