"(...) Arnaldo Otegi
simboliza la máxima complicidad con los responsables de la gran
pesadilla colectiva de la España de las últimas décadas y me apetece
saber qué pasa en el cerebro de seres como él. Siempre me ha atraído
hurgar en el absurdo del fanatismo, sobre todo de aquel que arropa la
barbarie.
No es preciso ser un genio para advertir que la intolerancia –la ideológica, la religiosa, la nacionalista, la del dinero- y los grandes psicópatas andan detrás de buena parte de las catástrofes de la humanidad; Francisco Franco y ETA, esa mafia, son un buen ejemplo.
Jordi empleó el tono perfecto para que Otegi se sintiera, más o menos, cómodo y descubriera, sin complejos, sus miserias: la siniestra ambigüedad, el patético victimismo, la ridícula fragilidad intelectual, política y moral, la empatía impostada o la impermeabilidad, apenas camuflada, al dolor de los que, por no pensar como él, han sufrido lo insufrible.
Escalofriante cinismo, falsedad bien ensayada, estudiado simulacro. Teatro, puro teatro. Me pareció un pobre diablo, un tipo con una mirada completamente retorcida sobre el mundo, alguien que, en algún instante de su vida, metió la pata hasta el fondo, ya no fue capaz de sacarla y nunca va a reparar del todo en su infinita torpeza." (Luis Alegre, El País, 21/04/16)
"Rebelión [1] editó el pasado lunes una nota publicada por Público [2] sobre la entrevista a Otegi del pasado domingo en el programa que conduce Jordi Évole. (...)
No es preciso ser un genio para advertir que la intolerancia –la ideológica, la religiosa, la nacionalista, la del dinero- y los grandes psicópatas andan detrás de buena parte de las catástrofes de la humanidad; Francisco Franco y ETA, esa mafia, son un buen ejemplo.
Jordi empleó el tono perfecto para que Otegi se sintiera, más o menos, cómodo y descubriera, sin complejos, sus miserias: la siniestra ambigüedad, el patético victimismo, la ridícula fragilidad intelectual, política y moral, la empatía impostada o la impermeabilidad, apenas camuflada, al dolor de los que, por no pensar como él, han sufrido lo insufrible.
Escalofriante cinismo, falsedad bien ensayada, estudiado simulacro. Teatro, puro teatro. Me pareció un pobre diablo, un tipo con una mirada completamente retorcida sobre el mundo, alguien que, en algún instante de su vida, metió la pata hasta el fondo, ya no fue capaz de sacarla y nunca va a reparar del todo en su infinita torpeza." (Luis Alegre, El País, 21/04/16)
"Rebelión [1] editó el pasado lunes una nota publicada por Público [2] sobre la entrevista a Otegi del pasado domingo en el programa que conduce Jordi Évole. (...)
1. No se entiende que no se le preguntara por el asesinato de Yoyes.
¿Fue o no fue un asesinato? ¿Se sigue justificando apelando a supuestas
traiciones o a determinadas circunstancias político-históricas que
“impedían” actuar de otro modo?
2. Tampoco es fácil de entender
que las negociaciones con los gobiernos de González y Aznar estuvieran
también ausentes de la conversación. ¿Qué pasó con Argala por ejemplo? (...)
4. No condenó Otegi la violencia de ETA. Señaló para justificarlo
que en el momento que se estaba produciendo no se hizo o no lo hizo. ¿Y?
¿Y qué importa que no se hiciera o no lo hiciera? ¿Cabe o no cabe
condenar la violencia ejercida por ETA en muchas de sus acciones?
4.1. ¿Hay que poner en el mismo saco las acciones antifranquistas y lo realizado posteriormente?
5. ¿Por qué hablar de muertos y no de asesinatos si son asesinatos
aquello que se nombra como muertos? ¿No fueron asesinados Lasa y Zabala
(no fueron los únicos por supuesto)? ¿No fue asesinado Ernest Lluch por
ejemplo?
6. ¿Denunciar las torturas que la guardia civil realizó
contra él y tantos otros militantes independentistas no exige denunciar
también las torturas (de otro orden si se quiere: largos secuestros por
ejemplo) realizadas por ETA?
7. ¿No hay ya que señalar con
claridad que ETA apostó por una vía armada que a partir de un cierto
momento se convirtió más bien en una línea de barbarie injustificada,
dejando aparte finalidades y tácticas y estrategias?
8. ¿No
piensa Otegi, y con él la izquierda independentista vasca, con demasiada
homogeneidad la sociedad española? ¿NO hay más Españas que la España
que él parece pensar?
9. ¿No es el pueblo al que Otegi hace
referencia un pueblo que excluye a amplios sectores del pueblo vasco?
¿Pueblo vasco es pueblo nacionalista e independentista? ¿Lo otro no es
pueblo?
10. ¿No era la izquierda patriótica vasca una izquierda
socialista revolucionaria? ¿Dónde quedaron los valores socialistas en la
entrevista? (...)" (Rosa Guevara Landa , Rebelión, 19/04/16)
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