8/10/15

La izquierda, sin perfil propio, sale ampliamente derrotada de la pugna entre los nacionalismos

"(...) la izquierda ha sido barrida en Cataluña por el ciclón independentista. Los socialistas han descendido a su cota más baja desde 1980 y no han podido recuperar ni su condición de primer partido de la oposición, que ERC les arrebató en 2012. Han quedado como tercera fuerza al frente del pelotón formado por cuatro grupos que tienen entre el 12% y el 8% de votos. De Esquerra Republicana, ni se sabe. 

Su líder, Oriol Junqueras, era desde 2012 el jefe de la oposición pero no ejerció y, ahora, diluido su partido en la mermelada ideológica nacionalista que es la coalición ganadora Junts pel Sí, dirigida por Convergència, resulta imposible ubicar sus votos, o sus escaños, en el lado de la derecha o el de la izquierda. 

Tal como han ido las cosas, a Esquerra no le queda otro remedio que concurrir a las legislativas del 20 de diciembre junto con Convergència, ya sea reeditando la coalición de Junts pel Sí o con cualquier otra fórmula ideada para el caso. Si así fuera, seguiría diluida en la mermelada. 

La otra fuerza de izquierda, Iniciativa Verds-Esquerra Unida ha desaparecido también, subsumida en una coalición con Podemos. Pero la suma de ambas ha resultado ser una resta, puesto que entre las dos han obtenido menos escaños que Iniciativa sola en las elecciones de 2012.  (...)

El panorama para las tres fuerzas que han representado a la izquierda desde 1980 (PSC, ICV y ERC) es el peor que nunca hayan afrontado: sin perfil ni programa propios, en sus cotas de votación más bajas, incluso sin nombre, ni liderazgos claros. El hecho de que las campañas del PSC y de ICV hayan sido protagonizadas por Pedro Sánchez y por Pablo Iglesias indica hasta qué punto sus respectivas derrotas son consecuencia de debilidades políticas previas. (...)

Este desastre no lo compensa el crecimiento de las Candidaturas d’Unitat Popular (CUP), que ha pasado de tres a 10 diputados. Es una paradoja que el único grupo interesado en ayudar a los ganadores y que dispone de los escaños necesarios sea la CUP, es decir, los diputados que se publicitan orgullosamente como antisistema y hasta hace cuatro días eran considerados como totalmente incompatibles con el centro derecha nacionalista.

¿Incompatibles? Los antisistema de la CUP van a tener que madurar en pocas semanas lo que a otros les costó años o incluso décadas. Han quedado en posición de bisagra entre el bloque independentista y los demás y no les queda otra opción que inclinar la balanza. Tienen mucho en común con Junts pel Sí: son igualmente partidarios de quebrar o superar el statu quo constitucional. Eso les une. Su otro objetivo, romper también el statu quo económico, puede esperar. (...)"              (   , El País 6 OCT 2015)

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