"El Gobierno de Mariano Rajoy, al igual que los
llamados partidos constitucionalistas o españolistas, depende de quién
lo diga, está convencido de que, pase lo que pase el 27S en Cataluña, no habrá una declaración unilateral de independencia por parte del nuevo Parlament,
sino el intento de abrir un proceso soberanista de negociación entre
los Ejecutivos autonómico y central.
Pero, por si acaso, según ha
señalado un ministro a este diario, ha llevado a cabo la reforma urgente
del Tribunal Constitucional con la intención de pararle legalmente los pies a Artur Mas en caso de que lo intente.
Una expresión utilizada por miembros del Gobierno y dirigentes del PP es significativa: “Vamos a dejar sin firma a Mas
o a quien lo sustituya si no aplica lo que dicte el Constitucional
contra la declaración de independencia, considerándola ilegal”. Incluso
ironizan al respecto añadiendo que “la firma de Mas no valdrá ni para
cobrar un cheque”.
Entre bastidores, el objetivo de la reforma del Constitucional, de la que el ministro de Justicia, Rafael Catalá, ha dicho que “solo le puede preocupar al que pretende incumplir las leyes”, es, para el PP, una respuesta a la pregunta de quién iría a detener al president de la Generalitat si se le sancionase por cometer un acto ilegal.
Que nadie piense que irán los Mossos d’Esquadra o la Guardia Civil,
señalan responsables parlamentarios. Bastará con eso, con “dejar sin
firma” al presidente incluso si no se ha producido una inhabilitación
definitiva. Algo que el Gobierno podrá hacer gracias a la modificación
de la ley que le permitirá sustituir transitoriamente al Gobern catalán sin necesidad de aplicar el artículo 155 de la Constitución.
Como destacó Rafael Hernando, el portavoz del Grupo Popular en el Congreso,
el mecanismo ya está establecido. Y sin necesidad de recurrir a las
inhabilitaciones de altos cargos públicos.
Se impondrá una multa
coercitiva a quien no acepte el fallo del Tribunal contra la declaración
de independencia y se acordará la suspensión en sus funciones de las
autoridades o empleados públicos responsables del incumplimiento. “Se
trata -en palabras de Hernando– de una decisión
motivada de suspensión provisional y temporal, no de una
inhabilitación”.
Pero la reforma supondrá que la ejecución del fallo
quede en manos del Gobierno central aplicando un trámite de urgencia. Y
todo ello, por supuesto, al tiempo que se exigen responsabilidades
penales a quien sea el presidente autonómico tras imponerle la multa
pecuniaria correspondiente.
En resumidas cuentas, lo que se pretende es anular la firma de las autoridades que tomen decisiones en favor del proceso independentista, pero incluyendo todo lo demás que afecte a la gestión administrativa ordinaria de la autonomía. (...)" (RAIMUNDO CASTRO | El cuarto Poder,
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