"Si Escocia hubiera votado laindependència, estaría en un aprieto tan profundo como la Rusia de Putin”, dice el Telegraph.
Parece que el Partido Nacionalista Escocés (SNP) está de congreso en Perth. El Telegraph dice que “como pueden uds. esperar” nadie en el partido quiere aceptar el “No” de septiembre. “Lo ven, como máximo, como sólo una escala en el camino hacia la eventual independencia y el glorioso estado de un solo partido al que aspiran”. ¿Les suena?
El periodista Jeremy Warner cree que el SNP tiene razón: “el ‘No’ no arregló nada. Sólo es el principio de la disputa, no el final. Podemos esperar que todo empiece de nuevo tras las elecciones”. Gran reflexión para los partidarios de la “consulta legal” que pedía Mas.
Pero hay algo importante: “los argumentos fiscales pro independencia se han debilitado más desde el referéndum”, pues la caída de los precios del petróleo afecta a los ingresos fiscales por el petróleo del Mar del Norte. Para Gran Bretaña, ese petróleo sólo representa un 2% de sus ingresos, pero para la Escocia separada sería un 20%.
Resulta que la campaña pro-secesión
“se basó en una aparentemente diferente visión del futuro de Escocia: la
creación de una sociedad del bienestar según el modelo nórdico. Esto ha
sido siempre una receta falsa”. Pero claro, eso habría que pagarlo. ¿Les suena?
Ahora el precio del petróleo nos da más perspectiva: “Puede ser incómodo compartir las mismas islas, pero la realidad es que estamos todos juntos en el mismo barco.
El petróleo del Mar del Norte ya no es la vaca lechera que fue.
Afortunadamente, eso ya no importa para el Reino Unido como un todo. Y
también hace la independencia escocesa muy inviable, manteniendo los planes actuales de gasto social”. (...)" (Dolça Catalunya, 04/02/2015)
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