"Cuando se dice que Pujol confunde su persona con su país puede parecer una crítica pero es una descripción bastante exacta. «Lluís, la Generalitat som tu i jo», le dijo a Prenafeta cuando ambos entraron por primera vez en el despacho presidencial. (...)
Siempre desde esta concepción patrimonial, y personalísima, de
Cataluña y del poder, el primer viaje oficial que realizó fue al
Vaticano, y la primera decisión que tomó fue destinar a su primogénito,
Jordi Pujol Ferrusola, apodado Júnior por sus amigos, a satisfacer las
necesidades de su familia y de su partido.
En el esquema mental -y
moral- de Pujol, en tanto que él se dedicaba al país, era justo y
necesario que su familia estuviera atendida y que alguien se ocupara de
pensar en el partido, ya que él, en la cabeza, sólo tenía a Cataluña.
Cuando Prenafeta, padrino de Júnior, dejó la Generalitat en 1991, se
dio cuenta hasta tal punto de cómo su ahijado abusaba de los empresarios
amigos de su padre, que pidió una cita con el president para
advertirle de que su hijo estaba fuera de control y que le acabaría
metiendo en problemas como, pasados los años, sucedió.
Pujol,
prácticamente echándole del despacho, le dijo: «Esto que me dices me
hace mucho más daño del que te puedes imaginar. Te ruego que de mis
hijos no me vuelvas a hablar nunca más». Prenafeta y Júnior riñeron para
siempre y hoy es africano el odio que se tienen. (...)
Los primeros negocios que Mas y los Pujol hicieron juntos se remontan
a los tiempos en que Mas ingresó en la administración Pujol, primero
como consejero de Obras Públicas, luego como consejero de Economía, y
una vez nombrado por Pujol su sucesor, como conseller en cap.
En 2001, el segundo de los hijos de Pujol, Josep, vendió su empresa de
consultoría a Indra por la inconcebible cifra de 44,5 millones de euros.
En agradecida compensación, al año siguiente, en 2002, siendo Artur Mas
conseller en cap del último gobierno de Pujol, Indra consiguió
60 millones de euros en contratos de la Generalitat. Josep Pujol era
propietario de una quinta parte de Europraxis, y además de la parte
proporcional de los 44,5 millones de euros, recibió nueve millones de
euros para que se quedara cinco años más al frente de la compañía.
Como consejero de Obras Públicas, Artur Mas conoció las más hondas
sordideces de Júnior, tal como Lluís Prenafeta supo años atrás las de
Miquel Roca. Hay que decir que no es exacto el famoso 3% que Pasqual
Maragall puso en circulación, acusando a Convergència de cobrar este
porcentaje de la obra pública que adjudicaba.
Según los propios
empresarios, la comisión que a cada promotora le correspondía pagar
dependía del volumen de contratación. Las empresas más favorecidas,
siempre a través de terceros, pagaban hasta el 10%. La impresión que Mas
se llevó de Jordi Pujol hijo durante aquel tiempo no pudo ser peor.
Muchos años más tarde, en 2006, le apartaría de las finanzas del
partido.
Como represalia, la familia Pujol hizo circular que Mas era un
loser y que había llegado el momento de poner a Oriol. Curiosamente,
quien más activo estuvo en esta propaganda fue Joan Maria Piqué, el
hombre de gafa blanca que a menudo aparece junto al president en las
imágenes televisivas, y que es su jefe de prensa. En aquel año 2006, Mas
había vuelto a ganar las elecciones pero sin la mayoría suficiente para
gobernar, y Montilla le hizo el segundo tripartito.
Pero eso fue muchos años más tarde. En aquel entonces, si Mas tenía
opiniones se las guardaba para ganarse la confianza de los hijos del
president. Cuando en el año 2000 era conseller de Economía, la
Generalitat autorizó del modo más irregular una planta incineradora en
Cruïlles, a petición de Josep Sala, entonces presidente del consejo
comarcal del Bajo Ampurdán, que actuaba a las órdenes de Pujol Ferrusola
y de sus socios Gustavo Buesa y Josep Mayola.
El pasado mes de
diciembre, el Estado acabó cerrando, por ilegal, esta planta.
Precisamente sobre Gustavo Buesa la Hacienda Pública ha establecido que
pagaba a fundaciones relacionadas con Convergència a cambio de casi
todas las concesiones públicas de Lloret de Mar. Igualmente, Buesa ha
tenido que responder ante el juez Ruz como imputado de un pago de
200.000 euros a sociedades de Jordi Pujol Ferrusola y de su ex esposa,
Mercè Gironès.
La vinculación entre Mas y la familia Pujol sigue siendo tan
estrecha, pese a todas las diferencias, que incluso en estos tiempos en
que todo se acaba sabiendo, y la corrupción es el gran lastre de CiU,
Convergència en general y Artur Mas particularmente han aceptado que
Josep Sala Leal vuelva a presentarse por Convergència a la Alcaldía de
Forellac.
Es el municipio del Bajo Ampurdán integrado por los pueblos de
Fonteta, Peratallada y Vulpellach, donde a través de sus socios, Mayola
y Buesa, y de una sofisticada telaraña societaria, Jordi Pujol hijo
quiere construir una de estas plantas incineradoras con las que todavía
podría sacar tajada del antiguo empleo de su padre.
Los terrenos, propiedad de los tres socios a través de la empresa
Servitransfer, están situados en un entorno de particular belleza y han
sido declarados Bien de Interés Cultural.
Todas las instancias, incluido
el departamento de Territorio y Sostenibilidad, se han pronunciado en
contra de construir allí la planta, pero el alcalde, al que le han
prometido la gerencia de la empresa cuando deje la política, insiste
claramente en el proyecto sin que Artur Mas haga nada por frenarle.
No es de extrañar que el agradecimiento de Mas hacia los Pujol
permanezca, porque él sabe perfectamente que es presidente gracias a
ellos, a su ayuda concreta. En 2003, después de las primeras elecciones
que Mas ganó pero que desembocaron en el primer tripartito, cuando Pujol
se dio cuenta de que CiU iba a pasar a la oposición, hizo la mayor
operación mediática que como mínimo hasta aquel momento se había
realizado en Cataluña con dinero público.
Al ver que Mas se enfrentaba a
la travesía del desierto, y sin medios de comunicación afines, ni mando
en la Generalitat para poderlos comprar, el president en
funciones concedió un conjunto de subvenciones por un valor total de
hasta 20 millones de euros al Grupo Godó, que iba corto de liquidez ante
el reto de montar su grupo mediático, con 8tv (que al principio se
llamó City tv) y la emisora de radio Rac1, hoy líder de audiencia en
Cataluña.
Y fue así que, con los tripartitos, La Vanguardia estuvo por
primera vez en la oposición. Como las izquierdas se mantuvieron en el
poder más de lo esperado -siete años en vez de cuatro-, Mas tuvo que
redondear la oferta de Pujol y le prometió al entonces director del
periódico, José Antich, que si le continuaba apoyando, cuando CiU
recuperara la Generalitat, pagaría la traducción de La Vanguardia al
catalán.
A fin de cuentas, lo de Oriol y las ITV no es más que un
insignificante aperitivo; y Mas no tiene que tener ningún problema para
salir airoso de su comparecencia. Como siempre en Cataluña, de lo
realmente importante, ni se va a hablar.
Mas heredó de Pujol el partido y la trama, y lejos de erradicarla, la
decoró a su gusto. También heredó el cinismo -o la patología- de tener
un concepto de sí mismo completamente ajeno a su currículo.
Y así,
mientras exige al Gobierno «radicalidad democrática» para que tolere en
Cataluña una consulta secesionista, pretende ordenarle a Esquerra
Republicana en qué condiciones tiene que presentarse a las próximas
elecciones autonómicas; y cuando se le reprocha que tuviera firma en la
cuenta opaca de su padre mientras fue consejero de Economía, responde
que es intolerable que se metan con su vida privada y la de su familia." (Salvador Sostres, El Mundo, 09/02/2015)
"(...) Fuente cercanas a las investigaciones judiciales no
descartan nuevas informaciones en septiembre sobre el dinero de Jordi
Pujol, en otras cuentas fuera de España, y tampoco se descarta que se
sigan las pistas de las cuentas que el padre de Artur Mas, Artur Mas Barnet -uno de los hombres de confianza que movía el dinero de Jordi Pujol-, ocultó en el banco LGT desde el año 1984, recoge EC.
Ya en el año 2008 Artur Mas Barnet tuvo que regular su
situación con Hacienda por miedo a grandes represalias. Uno de los
empleados de su banco robó todos los datos de los clientes y los filtró,
dejando al descubierto las irregularidades del padre del presidente de
la Generalitat. (...)" (El Economista, 30/07/2015)
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