"Ni Podemos ha llegado para robar el fuego a las izquierdas ni viene a
reventar desde fuera el proceso independentista. Pero hará las dos
cosas sin haber puesto casi nada de su parte para lograrlo. También aquí
lo han dinamitado todo, aunque tampoco aquí haya sucedido nada de
veras, aún. Pero el miedo siempre actúa igual, antes de que todo suceda.
El prólogo tuvo forma de abrazo robado la noche del 9-N. Tanto Artur
Mas como David Fernández ignoran que los están filmando: sin duda Artur
Mas no le hubiera abrazado de ese modo con cámaras delante ni tampoco
David Fernández, que estaba de espaldas al móvil, hubiera accedido a esa
efusividad con el líder del neoliberalismo catalán y responsable
político de la desesperación de buena parte de la población.
Era
imposible no entender tras ese vídeo tembloroso que la CUP ha puesto por
delante su pata de país antes que sus otras dos patas políticas, la
defensa de los derechos sociales y de la igualdad efectiva y no retórica
de hombres y mujeres.
La CUP está muy inquieta, por tanto; Iniciativa
vive bajo el terror de los cambios que les imponen los otros (una vez
más); Convergència ve peligrar el tinglado entero; ERC se presta a lo
que haga falta, y el PSC pone cara de póker e ironía.
A otros les falta la ironía, como a Josep Rull, que se transparentó folklóricamente hace unos días en un remix de Els Pastorets y Caperucita:
a elecciones más plebiscitarias, menos lobos de Podemos; a elecciones
menos plebiscitarias, más diabólico Podemos. El lobo tiene hermosa cola y
el demonio de toda la vida no la ha perdido nunca.
Hoy el lobo y el
demonio se han hecho cristianamente humanos, y el terror apocalíptico ha
entrado en Cataluña. Podem/ Podemos desmonta sin hacer nada una
argumentación autista, sectaria y parcial que los partidos soberanistas
habían difundido y que varias izquierdas asumieron con el president
de la Generalitat por delante, sin valorar hasta dónde su electorado
aceptaba esa claudicación o creían en el valor legitimador y sin costes
de las megamanifestaciones. (...)
El desplome del nivel de vida ha llegado a capas sociales que se
creyeron a salvo de por vida, y con Podemos la izquierda social e
ideológica ha recuperado muy visiblemente los latidos. Con razón, la
izquierda engullida por el proceso ha entrado en pánico sin que nadie le
haya robado nada: lo cedió ella sola.
Pero el pánico es contagioso y se han desatado ya todas las alarmas
también en el resto de las fuerzas soberanistas, Convergència y ERC, y
con ellas muchos medios. Por eso hoy, en un desolador esfuerzo, algunos
columnistas reivindican fantásticamente a Artur Mas como líder
antisistema y faro de la verdadera revolución en Cataluña.(...)
Todo es al revés: Podem ha detectado muy bien la deserción de la causa
social y distributiva en que ha incurrido la izquierda catalanista desde
que hace dos años, al menos, se subió a un tren que no era suyo. (...)
La ilusión que hoy despierta Podemos no es robada, como lo fue el abrazo de Mas y David Fernández, ni encarna al demonio dels Pastorets
de Rull. Significa la restitución desacomplejada del valor de la
izquierda en Cataluña (y al primero que cite a Lerroux, le crecerá la
nariz). " (
Jordi Gracia , El País,
8 ENE 2015)
No hay comentarios:
Publicar un comentario