"Al borde del abismo, los dos partidos del bloque independentista
catalán han sentido en las últimas semanas el vértigo del fracaso
asegurado si rompían la unidad de acción que han mantenido en la primera
mitad de la legislatura.
Ayer, el presidente Mas dio un paso atrás y
renunció a la lista única soberanista que había propuesto. A cambio, el
líder de ERC, Oriol Junqueras, renuncia a derribar el gobierno de Mas
inmediatamente, acepta garantizarle medio año más de estabilidad
parlamentaria y se compromete a concurrir a las autonómicas con un
programa común con CiU.
Si el lenguaje corporal significa algo, el de Artur Mas al anunciar ayer el adelanto electoral para el 27 de septiembre
no expresaba entusiasmo alguno. Tan poco como el que hace seis semanas
produjo en el líder de Esquerra la propuesta de candidatura soberanista
única formulada por Mas.
La transacción puede parecer un empate, pero más que un empate es un
retroceso en la aplicación de la hoja de ruta diseñada por el Consejo
Asesor para la Transición Nacional, que Mas había hecho suya.
El quinto
punto proponía convertir en un plebiscito las elecciones al Parlamento,
si resultara imposible celebrar un referéndum sobre la creación de un
Estado catalán, y el mejor instrumento para conseguirlo era una
candidatura independentista única.
Esta es la situación a la que se ha
llegado y la propuesta de Mas era la forma de hacerlo. No ha habido
referéndum y las elecciones serán más difícilmente plebiscitarias de lo
que quizá habrían sido si el bloque independentista se hubiera
presentado en una sola candidatura (de la que quedaba autoexcluida la
extrema izquierda). (...)
Las elecciones en marzo que reclamaban ERC y la Asamblea Nacional
Catalana (ANC) representaban, en realidad, un intento de descabalgar a
Mas de la presidencia de la Generalitat y el consiguiente cambio de
liderazgo en la campaña independentista.
Era de imposible aceptación
para Mas, sobre todo si se tiene en cuenta que los sondeos
preelectorales no auguran ahora mismo una gran mayoría independentista.
Echar la pelota para adelante hasta el otoño le da ocho meses de margen a
la presidencia de Mas. (...)
En cualquier caso, el programa común de CiU y ERC crea un bloque
electoral independentista que, por vez primera desde 1980, concurrirá a
unas elecciones proponiendo explícitamente la creación de un Estado
catalán independiente. Será una novedad histórica. Está por ver qué
reacciones y movimientos provocará en los demás partidos." (
Enric Company , El País,
15 ENE 2015)
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