"Querido Pablo:
(...) Se trata del ‘derecho a decidir’. Tú has
dejado claro que crees que el derecho a decidir no sólo se debe aplicar a
la solución del problema ‘identitario’, sino de todos los problemas, en
una sociedad democrática. Perfecto desde esa perspectiva, porque en
realidad estás hablando del derecho a la participación política,
fundamental en toda sociedad democrática.
Sin embargo, el derecho a decidir no es lo mismo para todo el mundo y
si se utiliza sin concretar a qué nos referimos, en vez de solucionar
problemas, los puede agravar. Si preguntas a la Wikipedia, te contestará
que el derecho a decidir no existe. Y si insistes, te remitirá al
derecho de autodeterminación.
En suma, el derecho a decidir es un concepto abstracto, que carece de
tradición y no existe en ninguna norma constitucional ni internacional.
Y según cómo se utilice, puede significar cosas diferentes.
Para la
mayoría del mundo, el ‘right to decide’ tiene su origen en los
movimientos contestatarios de los años sesenta y es el derecho a decidir
sobre el propio cuerpo e incluye desde el derecho a abortar hasta la
eutanasia.
El derecho a decidir de muchos nacionalistas, no coincide ni con éste
‘right to decide’, ni con el derecho a la participación política. Es en
realidad un batiburrillo de este último derecho con el derecho de
autodeterminación de los pueblos.
La concepción nacionalista del derecho
a decidir fue enunciada por el lehendakari Ibarretxe y se ha extendido a
Cataluña e incluso a Escocia, adquiriendo unos contenidos cada vez más
radicales. ¿En qué consiste? En una reformulación del derecho a la
autodeterminación, pero obviando los requisitos y los condicionamientos
para el ejercicio de dicho derecho.
La idea nacionalista del derecho a decidir se articula a partir de dos premisas:
1) una sociedad no es democrática si niega el derecho a decidir al pueblo soberano.
2) El pueblo vasco debe ser soberano para decidir en referéndum si quiere ser independiente. Luego, en consecuencia, no existe democracia hasta que se haga dicho referéndum.
2) El pueblo vasco debe ser soberano para decidir en referéndum si quiere ser independiente. Luego, en consecuencia, no existe democracia hasta que se haga dicho referéndum.
Si seguimos dicha lógica, habría que llegar también a la consecuencia
de que Francia no es una democracia y tampoco lo era Gran Bretaña,
hasta que se permitió celebrar el referéndum escocés.
Además, la
ciudadanía ni siquiera puede no querer jugársela a cara o cruz en un
referéndum independentista. No le queda otra. Y si seguimos con la misma
lógica, se debe deducir que el problema nacional ha quedado resuelto en
Escocia, una vez que se ha permitido al pueblo expresarse libremente.
En resumen, para algunos nacionalistas, el derecho a decidir no es
otra cosa que el derecho a un referéndum independentista. Un derecho que
no corresponde a todo ciudadano, sino a una nación concreta y tampoco
corresponde a una parte de esta nación que no estuviera de acuerdo con
el conjunto.
Y este concepto es incompatible con el criterio tradicional
de democracia y aún más incompatible con un concepto radical de
democracia participativa como el que tú propones. Por eso, te aconsejo
que aclares estas diferencias para no verte inmerso en dinámicas que no
podrás controlar. (...)" (EL CORREO 24/12/14, ROBERTO URIARTE TORREALDAY, en Fundación para la Libertad)
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