“Si la Fiscalía busca un responsable, soy yo”, ha declarado Artur Mas,
ansioso de de convertirse en una especie de “cordero de Dios como
víctima ofrecida en sacrificio por los pecados, en este caso, de los
españoles”. Y ha insistido el presidente de la Generalitat: “Soy el
responsable de abrir los colegios”. (...)
Mas se ha visto obligado a capitanear el simulacro, estilo repúblicas bananeras o los referéndums
de Franco, con Fraga contando votos a la medida del dictador.
Pretende, pues, Artur Mas sacar así pecho. Conviene no olvidar que
Oriol Junqueras está a la espera de que el líder de Convergència saque
bandera blanca –ni la senyera ni la estelada- y tenga que abandonar el
cargo (...)
La participación de votantes a las 18 horas era de 977.531. Luego
llegamos a más de dos millones de votos, según unos resultados que en
absoluto han sido contrastados debidamente y que surgen a mayor honor y
gloria de Mas.
Pero todo esto es una coña marinera. Una inmensa
tomadura de pelo. Recuerda la historieta de “Juan Palomo: yo me lo
guiso, yo me lo como”. ¿De dónde sacó Mas, por cierto, a esos
observadores internacionales? (...)
La trasparencia de CDC es similar a la del PP de Rajoy. Es inexistente.
La presencia en la cola de los que iban, patéticos, junto al fundador
de CDC, Jordi Pujol y su mujer, Marta Ferrusola, es la mejor radiografía
de cómo está ahora CDC. Se encuentra, guste o no, en el duro proceso de
un probable hundimiento. (...)" (Enric Sopena, El Plural, 09/11/2014)
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