"Corría el mes de febrero de 2014 cuando Artur Mas dio el pistoletazo de salida a Tributos de Cataluña,
entidad formada por la Generalidad y las cuatro diputaciones catalanas.
Es el embrión de la Agencia Tributaria de Cataluña.
Tiene 53 oficinas
que recaudan impuestos locales y autonómicos además de cobro de deudas
como las de tráfico, gracias a un convenio existente con la agencia
estatal.
En el mes de mayo, la Generalidad puso en marcha una campaña,
en palabras del consejero portavoz, Francesc Homs, sólo "para dar
facilidades", en la que se pedía a los catalanes que presentaran en la
agencia autonómica una copia de su declaración de renta.
El objetivo era
"elaborar un censo con datos fiscales que sirva al proyecto de agencia
propia", según se decía en esos días. El consejero de Empresa y Empleo,
Felip Puig, argumentaba que "el conocimiento de los datos tributarios de
empresas, trabajadores y ciudadanos forma parte de la inteligencia que
un país debe tener".
Pero los catalanes, ciertamente, no lo ven así. No están muy de
acuerdo con esta inteligencia que reclama el consejero Puig porque han
dado la espalda de forma sonora a este proyecto de recabar datos
fiscales para construir una "estructura de Estado", como se la define en
la Generalidad de Cataluña.
Apenas dos centenares de contribuyentes han
dado el paso. Una cantidad irrisoria y ridícula si tenemos en cuenta
que en Cataluña hay casi tres millones de personas que declaran al
fisco. Una cantidad de tributaciones presentadas que representa el
0,006% del total.
Una cosa es pedir la independencia y otra es enseñar los datos
fiscales, deben pensar los ciudadanos. Lo piensan incluso los dirigentes
de CDC o ERC. Solamente el Consejo Nacional de CDC tiene más de 400
miembros, el doble de declaraciones de renta que se han presentado en la
Agencia Tributaria de Cataluña. O sea, ni tan siquiera la cúpula de CDC
ha seguido la campaña gubernamental.
Un número similar tiene el Consejo
de ERC y tampoco ellos lo han hecho,
aunque en la campaña de las europeas los dos candidatos se personaron
para escenificar su apoyo a la entidad recaudatoria. Si a esto le
sumamos el personal de confianza y los regidores de los partidos
secesionistas, todavía queda más en evidencia el fiasco de la campaña de
la Generalidad.
La duda es evidente. ¿Han presentado copia de sus declaraciones de
renta los consejeros? ¿Lo ha hecho el presidente de la Generalidad? No
lo podemos saber. Ni tan siquiera podemos saber el número exacto de
declaraciones presentadas.
Fuentes conocedoras del proceso confirman que
no llegan a 200. Sin embargo, la Consejería de Economía y Conocimiento
de la Generalidad no han querido confirmar estos datos porque "depende
de la Agencia y son muy celosos de dar datos". Además se escudan en que
"el año fiscal acaba el 31 de diciembre".
Los ciudadanos que así lo desearan debían presentar copia de la
declaración de 2013, borrador no confirmado de la Agencia Tributaria
Estatal y los datos fiscales enviados por esta agencia. Durante este
año, 54 ayuntamientos han pagado sus impuestos en Tributos de Cataluña.
Una vez cobrados son ingresados de forma inmediata en la Agencia
Tributaria estatal. Este trámite legal tampoco levanta entusiasmo en los
consistorios catalanes que son más de 900. (...)" (Toni Bolaño, Crónica Global, Lunes, 21 de julio de 2014)
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