"Pregunta: ¿Qué conclusión extrae del debate del pasado martes y del “no” rotundo al plan de Artur Mas?
Respuesta: Era un debate previsible en el que la delegación catalana venía a buscar el no. Sabían perfectamente que sería un no. No sólo por razones políticas, también por razones jurídicas.
Venían a
conseguir una cosa que han logrado en clave interna: el poder decir
“nosotros hacemos esfuerzos para que España nos comprenda y entablar un
diálogo, y son ellos los que se niegan”. Desde este punto de vista han
conseguido su objetivo. Sus intervenciones fueron flojísimas, parecían boyscouts de la política. Pero eso seguramente lo han conseguido.
P.: En esa escenificación se puede englobar, por tanto, ese
gesto de la diputada de ERC al saludar al presidente Rajoy antes de
subir a la tribuna…
R.: Querían demostrar que venían con la mano tendida para el diálogo. Pero el martes por la mañana, escuchaba una radio de Barcelona que estaba diciendo que estos tres se iban a meter en la boca del lobo. En otra radio se decía que esa tarde se iba a demostrar el enfrentamiento entre dos legitimidades, la de España contra la de Cataluña.
El conseller Homs estuvo durísimo y vino
a decir que España estaba haciendo una política propia de la Edad
Media, de duelos entre hidalgos, y que, en cambio, Cataluña estaba
haciendo una política de diálogo y mano tendida que era propia del siglo
XXI. Y es que las posiciones en Cataluña son muy duras con respecto a
lo que ellos llaman España, que es el Gobierno de Madrid, el partido de
la oposición, etc. (...)
P.: El título del libro, “Paciencia e independencia”,
hace referencia a una consigna que usted mismo escuchó en una de las
manifestaciones de la Transición: “Hoy paciencia, mañana independencia”.
Es la misma hoja de ruta que expuso el diputado Turull a las Cortes al
advertir que ha comenzado un camino sin retorno.
R.: Esto yo creo que no se aguanta por ningún lado. Cataluña tiene más autonomía que nunca en la historia. Pero si comparamos la autonomía de Cataluña y de otras comunidades con países federales de nuestro entorno, resulta que tienen un gran poder.
Cuando se habla de un nacionalismo español
galopante, naturalmente que habrá nacionalistas en España, pero como
poder dominante nunca un nacionalismo fuerte permite que el Estado deje
de tener tantos poderes y los disperse entre las comunidades autónomas.
P.: Asegura también que esta situación actual no es fruto ni
de un Estatuto recortado ni de le negativa a un pacto fiscal.
¿Estaríamos pues en esta misma situación si no se hubieran producido
ambos antecedentes?
R.: Habrían buscado otro tipo de excusas porque lo decisivo es que, en estos años, España estaba en un momento débil y sumamente criticable desde el punto de vista económico y también desde el punto de vista institucional con todas las noticias sobre corrupción y el bastante mal comportamiento de las instituciones en cuanto a la separación de poderes.
Todo esto, que exige una regeneración
en España, ha sido aprovechado. Se han dicho frases en Cataluña, en
privado, de que ahora o nunca. No se les presentará una España tan débil
como ahora hasta dentro de 15 o 20 años. Por eso han cogido la
sentencia del Tribunal Constitucional.
El TC tiene la función de
preservar la Constitución y, afortunadamente, se hizo esa sentencia y en
eso hay que dar las gracias al PP y a Enrique Múgica, el entonces
defensor del pueblo, por haber presentado en su día el recurso. Coger
esta sentencia como el enfrentamiento entre dos legitimidades, la
legitimidad del pueblo catalán y la legitimidad de 12 magistrados, es no
saber qué es la democracia constitucional." (EL CONFIDENCIAL 10/04/14, ENTREVISTA FRANCESC DE CARRERAS, en Fundación para la Libertad)
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