"(...) Sin embargo, de la posibilidad de que en un hipotético referéndum de
autodeterminación en Cataluña los barceloneses o los tarraconenses, por
ejemplo, optasen en el ejercicio de su correspondiente derecho a decidir
por seguir formando parte de España, ni hablar ni parlar.
Sí se acepta, en cambio, el derecho a decidir del Valle de Arán, pero
sólo a medias porque, tal y como explica el Síndico de Arán, Carlos
Barrera (CiU), los araneses sólo podrían ejercer su derecho a decidir
después de que lo haya hecho el conjunto de los catalanes, y sólo en el
caso de que la mayoría de los catalanes respaldara la secesión.
En tal
caso, predice Barrera, el Valle de Arán se encontraría "muy cómodo con
un estatus similar al que ahora tiene Cataluña dentro de España, una
Comunidad Autónoma".
Así pues, en la lógica selectiva del nacionalismo
catalán, para que los araneses puedan ejercer su derecho a decidir
primero debe consumarse la separación de Cataluña, incluido el Valle de
Arán, del resto de España, es decir, que en ningún caso los araneses
podrán decidir seguir formando parte de España sin antes haberse
separado junto con el resto de los catalanes del resto de los españoles.
Vaya, que la separación del resto de España es condición sine qua non
para que los araneses puedan decidir "libremente". (...)" (Nacho Martín, Crónica global, Viernes, 25 de abril de 2014)
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