25/4/14

La financiación mediante el concierto vasco es discriminatoria respecto a lo que se reparte en las comunidades de régimen común

"(...) Sin ir más lejos, hace unas pocas semanas, el actual Gobierno vasco ha concluido la negociación del cupo para los próximos años llegando a un acuerdo con el Gobierno Rajoy, todo ello bendecido en una sesión parlamentaria de lectura única, sin apenas debate para no revelar su contenido, presuntamente discriminatorio respecto a la financiación de las demás comunidades autónomas. (...)

En primer lugar, el PNV está más que molesto con CiU por haber levantado la liebre del concierto económico. Si recuerdan, el paso anterior a la independencia (o derecho a decidir, como prefieran), era pedir el concierto económico, “como los vascos”, se añadía. 

Con ello se quería decir que el sistema de financiación de Cataluña no debía regirse por las mismas normas que el resto de comunidades sino por aquellas a las que se reconocían derechos históricos.  (...)

Lo que importaba eran dos cuestiones: primera, que Cataluña tuviera un trato distinto a las demás comunidades por considerarse que era una nación y, segunda, que mejorara la financiación de la Generalitat hasta llegar a un nivel semejante al vasco (y al navarro).

Pues bien, esta posición catalana removió unas aguas que el PNV ha querido siempre calmadas y en la sombra. Razón: la financiación mediante el concierto es claramente discriminatoria respecto a lo que se reparte en las comunidades de régimen común, entre ellas Cataluña. 

El problema no es que el sistema sea distinto: con el método del concierto podría no existir discriminación. El problema está en la forma de calcular el cupo, es decir, la cantidad que las diputaciones forales pagan al Estado por los servicios que éste le presta. Precisamente, esto es lo que ahora se acaba de pactar para los próximos años. 

A partir de este momento, toda la amistad tradicional los dos partidos nacionalistas empezó a resquebrajarse al considerar el PNV que la propuesta de CiU era una clara muestra de deslealtad.  (...)

Por tanto, Urkullu debía recuperar el tono reivindicativo para mantener su voto más abertzale. Así propuso una confederación con España legitimada por los fueros, en el fondo un discurso bastante parecido al del carlismo, aunque este tenía su lógica en el Estado Absoluto y carece de toda lógica en un Estado democrático y social, no digamos ya en un Estado de la Unión Europea.

 Pero ya sabemos que hoy se pueden decir las barbaridades más grandes sin que se conmuevan los cimientos de nada, tan generalizada está la ignorancia política. Así, con este tipo de afirmaciones, los votantes habituales del PNV pueden comprobar que su partido no ha renunciado a sus tradicionales esencias.

Pero en este juego de billar a tres bandas, quien de rebote queda en falso es CiU. El PNV no pide la independencia sino la confederación. (...)

  La venganza es un plato que se sirve frío y este es el plato que Urkullu le tenía preparado en esta Pascua a Artur Mas por haber levantado la liebre del concierto."             ( , El País, 22 ABR 2014 )

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