"(...) Un informe de Convivencia Cívica Catalana (CCC)
hecho público esta semana denuncia que los sondeos del Centro de
Estudios de Opinión (CEO) de la Generalidad están "considerablemente
sesgados" hacia posiciones nacionalistas debido a que las muestras
utilizadas no reflejan de forma representativa y proporcional la
composición de la sociedad catalana, tal y como ha explicado CRÓNICA GLOBAL en anteriores ocasiones.
Este sesgo en la muestra utilizada -que no es corregido en el
análisis de los resultados- se ve claramente reflejado en las cifras del
recuerdo de voto en las últimas elecciones por parte de los
entrevistados, pero también en los datos sobre lengua propia, sobre
lugar de nacimiento y sobre preferencias de medios de comunicación.
Debido a ello, CCC estima que el Gobierno autonómico de Cataluña está
inflando en sus encuestas la cifra de partidarios de la secesión, al
menos, en 20 puntos porcentuales.
En el ámbito político, el caso más claro de sesgo, la muestra
utilizada para la tercera oleada de 2013 del Barómetro de Opinión
Política, cuyos resultados se publicaron el pasado 22 de noviembre,
refleja que los votantes a los partidos no nacionalistas (PSC, PP y C's)
están claramente infraponderados, mientras que los votantes a partidos
nacionalistas o independentistas (CiU, ERC y la CUP) están
sobrerrepresentados.
En concreto, para esa encuesta, el CEO utilizó una muestra compuesta
por un 40,40% de votantes de CiU en las pasadas elecciones autonómicas;
un 12,57% de votantes del PSC; un 20,46%, de ERC; un 4,02%, del PP; un
11,38% de ICV-EUiA; un 4,39% de C's; y un 3,87% de la CUP.
Sin embargo, la realidad es que en las autonómicas de noviembre de
2012, CiU obtuvo un 31,16% de los votos; el PSC, un 14,65%; ERC, un
13,91%; el PP, un 13,17%; ICV-EUiA, un 10,04%; C's, un 7,38%; y la CUP,
un 3,55%.
Esto significa que la muestra tiene una sobrerrepresentación de
votantes de CiU de 9,24 puntos porcentuales; los de ERC están
sobrerrepresentados en 6,56 puntos; los de ICV-EUiA, en 1,34 puntos; y
los de la CUP, en 0,34 puntos. Por el contrario, los votantes del PSC
están infrarrepresentados en 2,07 puntos; los del PP, en 9,15 puntos; y
los de C's, en 3,29 puntos.
El informe de CCC destaca que, pese a este sesgo en la muestra, el
CEO ofrece las respuestas a la pregunta sobre qué votarían los
encuestados en caso de un referéndum sobre la independencia de Cataluña de forma directa, sin ningún tipo de ajuste.
La entidad llega a la conclusión de que -una vez ponderados los
resultados en función del porcentaje real de votos de cada partido-, el
CEO habría inflado en, al menos, 20 puntos la cifra de partidarios de la
secesión, y otros tantos en sentido contrario entre los que se oponen a
ella.
Según el último Barómetro, estos datos apuntaban a que el 54,7% de
los encuestados votaría a favor de la independencia de Cataluña,
mientras que solo un 22,1% lo haría en contra.
Por otra parte, CCC subraya las diferencias existentes entre los usos
lingüísticos de los catalanes y los de los encuestados en los sondeos
del CEO. En este caso, siempre referido al Barómetro de noviembre, se
produce un sesgo negativo de más de 10 puntos entre los que dicen tener
el castellano como lengua inicial; de casi 14 puntos entre los que dicen
que tienen el español como lengua propia; y de más de 13 puntos entre
los que asguran tener el castellano como lengua habitual.
También existe un sesgo en relación al lugar de nacimiento de los
entrevistados. A pesar de que un 29% de los residentes en Cataluña ha
nacido fuera de ella, en la muestra utilizada por el CEO este grupo solo
supone el 18,81% del total.
De igual forma, los entrevistados para el Barómetro del CEO muestran
sus preferencias muy mayoritariamente por los informativos de TV3 a la
hora de informarse en televisión. En contreto, casi un 60% de los
encuestados dice optar por esta cadena, cuando los datos de las agencias
de medición de audiencia señalan que los informativos de TV3 no
alcanzan el 30% de cuota de pantalla.
CCC atribuye este sesgo fundamentalmente a la metodología utilizada:
la encuesta telefónica, frente a la presencial. Un sistema que excluiría
a determinados colectivos.(...)" (Crónica Global, 09/12/2013)
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