"El ex número dos de Convergència Democràtica de Catalunya (CDC),
Oriol Pujol Ferrusola, decidió el nombramiento de un total de 46 altos
cargos de los dos Gobiernos que ha presidido Artur Mas.
Así consta, al
menos, en el escrito de defensa que ha remitido al juez que le investiga
por el caso ITV, la presunta trama de corrupción que pretendió tumbar
una adjudicación de la inspección técnica de vehículos (ITV) para lograr
adjudicaciones a dedo.
Pujol está imputado por un delito de tráfico de influencias al
presionar, supuestamente, a un alto cargo de la Generalitat para colocar
a su amigo Josep Tous como mediador del Gobierno catalán en el sector
de las ITV.
Pujol niega que cometiera delito alguno y argumenta que,
dada su condición de secretario general del partido nacionalista, no era
“extraño ni atípico” que propusiera a candidatos para cargos de
confianza del ejecutivo. Aunque no fue nombrado, Tous era el candidato
de Pujol, admite en el escrito, para ocupar la secretaría general de
Empresa y Ocupación.
En el escrito enviado al juez, Pujol incluye la relación de altos
cargos que, como secretario general del partido, propuso al Gobierno.
Tras las elecciones de 2010, planteó con éxito 21 nombres para ocupar
otros tantos lugares de responsabilidad; en su mayoría se trata de
secretarios generales, las personas de confianza de los consejeros de
cada departamento.
Entre otros, la lista incluye al secretario del
Gobierno, Germà Gordó; al secretario general de Presidencia, Francesc
Homs; al secretario general de Cultura, Xavier Solà —imputado por
malversación de fondos en la Asociación Catalana de Municipios— así como
a sus homólogos de Universidades, Territorio o Familia. A esos cargos
de confianza hay que añadir la práctica totalidad de los delegados
territoriales de la Generalitat.
Ese año, Pujol fracasó en cinco nombramientos: el de Tous, pero
también los de los secretarios generales de Salud o Enseñanza. Dos años
más tarde, tras los comicios que rebajaron la mayoría de Artur Mas en el
Parlament, el imputado logró un éxito aún mayor: situó en sus puestos a
otros 25 altos cargos.
Entre ellos, de nuevo, el secretario del
Gobierno, Jordi Baiget, y el secretario general, Jordi Vilajoana. Solo
dos cargos se resistieron a su influencia esa vez: los secretarios
generales de Territorio y de Bienestar.
El escrito de defensa esgrime las “especiales circunstancias” que
rodean a Pujol, quien aparece como “interlocutor” de imputados y
testigos del caso. “Mucha gente llama al señor Pujol y le pide cosas, y
él les hace caso o no”. Como diputado y portavoz, añade la defensa, el
dirigente nacionalista “intervino activamente en los debates relativos” a
la ITV, inmersa en batallas judiciales.
Era, de hecho, un “buen
conocedor” de la materia. La defensa concluye que hay un “interés”
evidente de Pujol en las ITV, pero no en el sentido que lo entienden los
investigadores: su interés es “adecuado, forma parte de su rol de
responsable político, es lícito y neutral”, abunda el escrito.
Las intervenciones telefónicas del sumario revelan las conversaciones
de Pujol con los implicados. Esa circunstancia, sin embargo, no tiene
mayor importancia porque el diputado habla con “todos los operadores de
la ITV”, que tenían a Pujol como “un interlocutor significadamente
cualificado” al que dirigirse para “trasladarle sus inquietudes”.
Tales
contactos eran “frecuentes” y se producían “con absoluta normalidad y
naturalidad”. El comportamiento, insiste la defensa —que ejerce el
penalista Javier Melero— “forma parte de una normal actividad política” y
“no tiene ninguna relevancia a efectos penales”.
El magistrado del Tribunal Superior de Justicia de Cataluña que
instruye el caso considera a Pujol el “vértice” de la presunta trama
corrupta y cree que trató de lucrarse personalmente con futuras
adjudicaciones mediante una participación indirecta en una sociedad de
nuevo cuño, Upprime Energy. (...)" (El País, 12/12/2013)
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