"ETA reclamó unos 134 millones de euros a 1.025 víctimas en concepto del llamado "impuesto revolucionario" en
2005, 2006 y 2007, según el análisis de la policía francesa a partir de
documentos requisados en mayo de 2009 al etarra Ekaitz Sirvent.
El teniente de la brigada financiera Benoît Auger Latife ha
dado este lunes esas cifras ante el Tribunal de lo Criminal de París
que juzga a Sirvent y a otros dos presuntos miembros de la estructura de
extorsión, y ha dicho que en los archivos informáticos que se le aprehendieron se encontraron trazas de más de 1.600 cartas a empresarios en esos tres años para el cobro.
El fiscal, Jean-François Ricard, precisó que el monto
global de la extorsión que llevó a cabo la organización terrorista es
una extrapolación de los títulos de una lista de documentos que estaban
encriptados y cuyo contenido no ha podido ser descodificado por las
fuerzas del orden.
A partir de otro correo, que sí que se pudo leer, dirigido
al empresario Miguel Catalán al que se reclamaban 75.000 euros, y cuyo
título en el soporte informático terminaba con las cifras 75 se entendió
que los otros títulos respondían a un código alfanumérico que respondía
a la misma lógica.
Los 134 millones de euros salen de la suma de las cantidades que los policías han extraído de esos códigos que supuestamente identifican a los empresarios a los que la organización terrorista se propuso extorsionar, pero a los que no se ha podido relacionar con nombres y apellidos.
En otros ficheros también en posesión de Sirvent al ser
capturado en París el 10 de abril de 2009, que no estaban codificados, y
que se referían a abril, mayo y junio de ese año, con 55 cartas de
extorsión que iban a ser enviadas durante esos meses, la banda exigía
entre 60.000 y 300.000 euros por empresario.
De media, ETA se disponía a reclamar un millón y medio de euros cada mes en ese periodo. (...)
Auger Latife ha dado cuenta de otros archivos requisados al
acusado, y en particular de uno con el nombre de Uría dentro del
directorio dedicado a la estructura de extorsión de la banda "Gezi", y
referido al empresario Ignacio Uría Mendizábal, asesinado por ETA el 3
de diciembre de 2008.
De acuerdo con el análisis del teniente de la brigada
financiera, la presencia del nombre del directivo de la compañía Altuna y
Uría hace pensar que el atentado que le costó la vida tuvo que ver con
su negativa a pagar el "impuesto revolucionario" y no con que su empresa
trabajara en las obras del tren de alta velocidad en la llamada "Y"
vasca. (...)" (eldiariovasco, 02/12/2013)
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