"Para ser nacionalista no hace falta tocar de pies en el suelo.
Simplemente se necesita tener emoción y sentimiento. No hace falta
analizar la realidad, simplemente imaginarla y amoldarla a unas
creencias que se siguen como dogma de fe. Así abrazaba el mundo
soberanista el acuerdo alcanzado entre CiU y ERC para gobernar Cataluña
en esta legislatura.
No importa la letra pequeña sólo se ensalza que se
ha fijado una fecha para celebrar la consulta para decidir la
independencia.
Sin embargo, el acuerdo es etéreo. La fecha de la consulta que arrastra
titulares y hace correr ríos de tinta no existe. Es simplemente un
espejismo. Se ha acordado hacer un referéndum pero a la vez se ha
acordado su prórroga.
La ambigüedad –y fragilidad- del texto es tal que a
estas alturas de la fiesta no sabemos si CiU apuesta por una vía legal o
ilegal. Por si fuera poca esta confusión, añadamos un nuevo condimento.
Cataluña nuevo estado de Europa ha desaparecido del imaginario
nacionalista.
Ahora se conforman con conseguir que Cataluña sea un nuevo
estado. Y punto. Quizás los sonoros portazos de Europa a la idea
nacionalista que una vez independientes Cataluña entrará por la puerta
grande se ha quedado en una veleidad y en una ilusión onanística.
Artur Mas y Oriol Junqueras siguen desconfiando el uno del otro pero
necesitaban el acuerdo. El primero para minimizar su debilidad después
del fracaso electoral. El segundo para lavar su imagen ante sus
electores porque en el supuesto camino hacia la independencia los
recortes, los sablazos, los despidos serán “el pan nuestro de cada día”.
Por eso, ayer en el Palau republicanos y nacionalistas pactaron la
inestabilidad, la precariedad, abriendo las puertas a una legislatura
que recordará al Dragon Khan del tripartito como un juego de niños.
En el tripartito, ERC formaba parte del ejecutivo. Ahora ni eso. Será
el doctor Jenkins por la mañana y mister Hyde por la tarde. Un ejemplo,
ayer mismo. Apenas unos minutos después de sellar el acuerdo con Mas.
Se constituyeron dos comisiones de investigación en el Parlament.
Una
sobre cajas de ahorro y otra sobre sanidad. ERC puso en evidencia su
ADN. Apoyará la investidura de Mas, apoyará al gobierno pero seguirá
siendo oposición. Todo un anticipo de la Shambhala –la mayor montaña
rusa de Port Aventura- que le espera a Artur Mas.
El candidato Mas se presentará mañana jueves para explicar su proyecto. Más bien, para explicar el proyecto de Junqueras. Con una férrea posición ante los republicanos, el candidato a presidente ha cedido en todo. Ha logrado un pacto marxista – de Groucho- con el líder de los republicanos. Ha planteado sus principios, como no le gustaban a Junqueras, ha sacado otros. Así de fácil. (...)
La huida hacia delante de Mas no ha gustado ni tan siquiera en su diario de cabecera, La Vanguardia.
Hoy, el director José Antich titula su billete “Las prisas no son
buenas”. Su titular de portada lo dice todo “Mas cede ante ERC para
garantizarse el gobierno”. En el mundo empresarial el malestar es más
que evidente y las críticas al “transformismo” de Mas son muy duras.
Les
sorprendió a la vuelta del verano con su conversión al independentismo.
Ahora, después del varapalo electoral les ha sorprendido con su
conversión a la socialdemocracia. La improvisación del nuevo programa de
gobierno no augura nada bueno.
Mas ha cerrado su pacto por la
inestabilidad agarrándose a un clavo ardiendo. Recordando a Groucho –una
vez más- va de victoria en victoria hasta la derrota final. Despierta
entusiasmo entre los suyos pero incertidumbre y preocupación en la gran
mayoría." (El Plural, 19/12/2012, Toni Bolaño .)
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