22/7/10

El nacionalismo catalán, el controlador, el caciquista...

"Àngel Duarte, catedrático de Historia Contemporánea de la Universidad de Gerona, en un artículo publicado en El Imparcial el 21 de julio de 2010.

‘[...] En Cataluña no hay nadie que alce la voz para rechazar la razón nacionalista. O somos muy pocos. Irrelevantes. Éste “dejar hacer” no es de ahora, no arranca con el Estatuto y el Constitucional. No es una novedad. Hemos callado -o no hemos tenido un criterio suficientemente decidido- ante las intromisiones nacionalistas en la literatura, el deporte, la religión, las actividades culturales o -para referirme al lugar en el que trabajo- la universidad. Tampoco hemos sabido exigir al poder político que su acción tuviese unos límites estrictos en lo relativo a la educación o, incluso y ejemplo último de dejadez, en la vida cotidiana. Aquellos que han osado, han sido estigmatizados y han dejado de formar parte de la arena interior. Aquella en la que se debate lo que nos afecta. En este sentido, que la Constitución se haya presumido caduca y se haya pretendido modificar -Pasqual Maragall, dixit- a partir de esa arena interior no es más que el corolario lógico. El resultado último de un proceso vivido durante décadas.

[...] El nacionalismo opera, incluso entre los que en principio se definían como no nacionalistas, como la excusa perfecta para una acción política que no ha sabido estar a la altura de su responsabilidad. El horizonte conquistado en 1979 era amplio y, en contra lo que dicen los medios políticos e intelectuales catalanes, de entonces a esta parte se ha ampliado. En realidad, los jóvenes que en Cataluña lideraron la transición, y los que les han seguido -porque el relevo generacional se ha producido- han tenido un casi ilimitado acceso al poder. El problema es que lo han malgastado. Lo vieron como una autorización para improvisar y para satisfacer fácilmente su vanidad. Nadie les ha pedido cuentas’." (lavozdebarcelona.com, 22/07/2010)

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