14/5/09

El feismo... el ladrillo... es ahora la identidad de Galicia



"Pablo Gallego muestra la evolución del paisaje de Galicia en los últimos 80 años (...)

Para llegar a Galicia y a sí mismo el profesor de arquitectura y fotógrafo Pablo Gallego Picard desanduvo los tiempos. Buscaba su identidad, "irreconocible en el mensaje de los medios". Buscaba esa Galicia en bruto, "bucólica, salvaje, virgen y relacionada con la tierra que nos han estado vendiendo con fines turísticos". Y se encontró el vértigo que da lo nuevo. El sobresalto que produce descubrir la imagen distorsionada de uno mismo. (...)

Para su empresa identitaria Gallego se colgó la cámara, recuperó de los archivos del CGAI (Centro Galego de Artes da Imaxe) el primer documental del que se tiene noticia sobre el paisaje gallego, rodado en 1929 por Luis R. Alonso para la Exposición Iberoamericana de Sevilla, aunque no llegó a proyectarse, y le puso el espejo. Gallego rodó milímetro a milímetro, 80 años después, la cinta de Alonso. Se embarcó en el mismo viaje, atrapó las mismas vistas, con la misma toma, a la misma hora y en el mismo lugar. Pero le puso color. Finalizado el trabajo, el autor no sabría decir con precisión qué es Galicia. "Algo universal, quizá bastante similar a Extremadura", concluye evidenciando que cualquier parecido de la fisonomía del territorio consigo mismo es imposible.

"Yo no estaba a gusto con Galicia; no estaba a gusto con esa Galicia que me contaban y no me la creía, pero hemos llegado a buen término", explica la reconciliación con su país, consigo mismo, fruto de este periplo a la inversa para buscar razones.

Gallego buscó sus raíces y sólo encontró horizonte. Pero no se queja. "Entiendo por qué estamos donde estamos", justifica tras haber levantado acta notarial de la adulteración del paisaje; después de haber hecho "una postal de la postal" con la que Alonso había inmortalizado la Galicia perpetua que, en su opinión, aún nos persigue. (...)

Gallego cree que la identidad está relacionada con el paisaje, que es "el que proporciona la singularidad, la idea de país". Y la memoria es "el acto de rebeldía fundamental para encontrar las raíces y aceptarse". (...)

Es sólo, opina el autor, el reflejo de nuestra imagen en el espejo y las consecuencias de ello. "Lo único que queda del pasado es el horizonte", sostiene Gallego. Y eso es lo que muestran las imágenes: una línea de montañas imperturbable al paso del tiempo que delimita un país idéntico a cualquier otro, y alejado del que fue, en su interior.

El descubrimiento de la nueva identidad se refleja en la exposición no sólo en la contraposición de las imágenes. "Lo único que pervive y nos vincula al pasado es el horizonte y, sin embargo, no lo valoramos", puntualiza. Gallego decidió buscar su pasado colectivo cuando regresó a su tierra tras años de formación en Londres, primero, y después en Nueva York. "Cuando volví, empecé a comprobar que nada era lo que me contaban; Galicia no se correspondía con lo que decían de ella". Y tuvo que buscarla." (El País, ed. Galicia, Galicia, 13/05/2009, p. 8)

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