“Pero semejante acuerdo sobre la reforma de la financiación actual no suspendería más que momentáneamente la tradicional reivindicación catalana de mayor soberanía fiscal. En efecto, tal acuerdo nivelador del gasto por habitante sólo obligaría a las autonomías de régimen general, quedando fuera del mismo las comunidades forales cuyo concierto económico las dota de soberanía fiscal (Navarra y Euskadi), con lo que su gasto público por habitante es muy superior al resto del territorio español.
¿Por qué los vasco-navarros tienen concierto económico y los demás no? Si es por derechos históricos (argumento políticamente discutible), los catalanes tampoco quieren ser menos. De ahí que hasta el PSC, y no digamos CiU, reivindiquen su concierto económico. Y si algún día Cataluña lo obtuviera, el resto de comunidades donantes tampoco querría ser menos.
Por ello, la solidaridad interterritorial con las comunidades receptoras sólo corre a cuenta del esfuerzo fiscal de Baleares, Madrid, Cataluña y Valencia, mientras los impuestos de Navarra y Euskadi quedan exentos, destinándose a sufragar tan sólo el muy superior nivel de gasto público del que se benefician en exclusiva sus habitantes. Una injusticia fiscal que ha sido reconocida por primera vez en el informe que acaba de dictaminar una comisión de 26 expertos convocada por el Instituto de Estudios Fiscales.
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