12/1/08

La cuestión es si dentro del aula hay un clima fascista, de imposición de una lengua, o un clima de ayuda al aprendizaje

“En su manifiesto UPD propone "el escrupuloso cumplimiento del derecho a la escolarización en la lengua materna, atacado y negado en varias comunidades autónomas". (…)

El problema de esta propuesta es que, aunque mencione la "lengua materna", en realidad se refiere exclusivamente el castellano. (Si el derecho se aplicara realmente a la lengua materna de cada cual, y los derechos individuales "deben ser estrictamente iguales para todos los ciudadanos", deberíamos encontrar a Rosa Díez defendiendo el derecho a escolarizarse en catalán/valenciano, gallego o euskera a los españoles de esas lenguas maternas residentes en Madrid -un derecho, por cierto, que hasta ahora no había demandado nadie-). He aquí, pues, que UPD plantea una doble tipología de ciudadanos en su marco de estricta igualdad: los españoles de lengua materna castellana, que tendrán derecho a escolarizarse en su lengua estén donde estén, y los españoles de otras lenguas maternas, cuyo igual derecho no se contempla. Y si esto no es un síntoma inequívoco de jerarquización de los ciudadanos en función de sus lenguas, véase la defensa de la prevalencia de la lengua "común" sobre la "particular" (terminología preconstitucional incluida), una prevalencia que conlleva descartar el conocimiento de una lengua "particular" como requisito para ejercer empleos públicos -en contra, una vez más, de la acreditada jurisprudencia constitucional-. La doble tipología es inequívoca: habrá unos ciudadanos españoles que siempre tendrán la garantía de poder comunicarse en su lengua con los empleados públicos y otros ciudadanos, no menos españoles, privados de esa misma garantía.”. (ALBERT BRANCHADELL: La lengua como arma arrojadiza. EL PAÍS, ed. Galicia, Opinión - 05-01-2008)

Pues ese derecho no lo había demandado nadie (el que los niños galegoparlantes sean educados en gallego en Madrid, en Barcelona, o Bilbao... y los niños árabes en árabe, por extensión) porque sus profesores madrileños o barceloneses no saben gallego (ni euskera, ni árabe). Aunque estos profesores quisieran, no podrían.

En cambio, todos los profesores conocen el español. Así en Galicia se puede educar en castellano a niños catalanes o vascos. Porque los profesores conocen el castellano y el gallego (pero no el catalán ni el vasco).

¿Qué justificación tendría que en Galicia se les obligase a aprender "en" gallego, a niños catalanes o vascos? Tienen derecho a elegir, si quieren, la lengua común, la que les ofrece más posibilidades de promoción profesional; por si vuelven a Cataluña o al País Vasco, por ejemplo, donde el gallego no les serviría de nada.

Pues sí, los castellano-parlantes tienen las ventajas de hablar en la lengua común. Y los gallegos tienen el derecho de aprender el castellano en Barcelona y en Bilbao, si les conviene más aprender la lengua común. Si quieren sus padres. Porque en Barcelona no hay suficientes profesores que dominen el gallego.

El problema es la discriminación, la humillación. La humillación de un niño por su profesor es el peor fascismo.

Los profesores catalanes no saben gallego, pero sí saben castellano. Los profesores catalanes no dejan hablar a sus alumnos inmigrantes gallegos o andaluces en castellano ¿Tienen miedo? ¿Tienen el mismo miedo que sus colegas, los profesores gallegos que durante el franquismo prohibían a sus alumnos campesinos hablar en gallego? Estos lo hacían por miedo ¿Porqué hacen lo mismo los profesores catalanes?

Cuando en una escuela catalana un alumno le pregunta a su profesor en español, y éste le obliga a cambiar de idioma, está comportándose como un fascista. Lo humilla al decirle: “en catalá”, como su homólogo gallego humillaba a los niños campesinos al decirle "en castellano". Les niegan el idioma en que se desenvuelven mejor.

Y a un alumno inmigrante árabe, la imposición de la enseñanza en catalán le está limitando la posibilidad de acceder al idioma que le facilitará mayor integración en Europa. Debe ser libre para elegir lo que mas le convenga. Le va el futuro en ello. Y el futuro es la lengua común. Que se le va a hacer.

Cuando un profesor madrileño explica en castellano, ningún alumno (gallego, catalán, rumano) se siente humillado. No puede explicar en otro idioma.

Siempre debe primar la lengua materna del alumno. Siempre que su profesor la conozca. Si la conoce, debe enseñar en la lengua que elijan los padres.

¿Cuándo un alumno gallego en Cataluña o en Madrid podrá ser escolarizado en gallego? Cuando haya profesores que dominen el gallego, lo mismo que un alumno inmigrante polaco podrá recibir clase en polaco en Madrid o en Barcelona, cuando haya profesores que dominen el polaco (obviamente, hoy es casi imposible).

Mientras tanto, todas las administraciones deberían aportar, por lo menos, los textos escolares en gallego, en polaco, en árabe etc., de modo que los niños inmigrantes puedan seguir mejor las explicaciones de su profesor (que las da en castellano, si no es un fascista que las da en catalán a alumnos de origen árabe, gallego, polaco); además, siguiendo los textos en su idioma materno, sus padres podrán ayudarle. No es tan difícil. Sólo hay que comprar manuales de matemáticas en Polonia. O manuales en gallego en Galicia. Y colgarlos in Internet, a disposición libre de todos. Tienen derecho a ello.

1 comentario:

Anónimo dijo...

Lo curioso reside que en el aula los niños no lo ven así, pero los padres son los que ven problemas. Esta tarde un padre marroquí en perfecto catalán me ha hablado de su hijo... mientras que muchos padres (catalanes) hijos de emigrantes andaluces dicen que no lo saben y que no desean aprenderlo.
Las "ventajas" de una lengua reside en el uso que se quiera hacer, el padre marroquí no ha pensado que es más o menos ventajoso, simplemente ha aprendido el "castellano" y el catalán, además del árabe y del amazighio que ya sabía... En otros estados, plurilingües, siempre se ha considerado que las lenguas eran riqueza, aún no entidendo el problema. Yo me considero catalán y mi mujer de salamanca, mi hijo de tres años habla castellano, catalán, un poco de inglés y algunas palabras de chino (por un amigo de su edad). Yo hablo castellano, catalán, inglés, francés, chino y un poco de árabe. La riqueza en hacerme entender y dialogar creo que és lo más importante. Las lenguas son para acercarnos. A mi padre le decía su maestro que no ladrase, la guardia civil que hablase en cristiano... no creo que la solución sea repetir la situación ahora con el castellano, pero tampoco veo que el resto de españa haga mucho por conocer el catalán (o gallego y vasco).