"La mesa entre gobiernos que ERC exigió al PSOE a cambio de apoyar la investidura de Pedro Sánchez no le está saliendo del todo bien
de cara al desarrollo de una estrategia pensada para hacerse con la
hegemonía del independentismo.
La idea parecía buena para sus intereses
electorales en la línea de apostar por el pragmatismo sin renunciar a nada. Sin embargo, el gen convergente
se está adueñando del juego táctico hasta el punto que la reunión de
este miércoles servirá más a los intereses de JxCat que a los
republicanos.
Lo que inicialmente tenía que ser un diálogo político entre
gobiernos, es decir, entre miembros de ambos ejecutivos (ministros y
consejeros), ha derivado en una delegación mixta por parte de la Generalitat con la inclusión de representantes de partidos bajo la tutela de Carles Puigdemont. Ahora sabemos que Quim Torra tanteó incluso la posibilidad de que también participasen la ANC y Òmnium Cultural para llevar la situación al límite, pero que esas entidades declinaron la invitación porque les generaba incoherencias. (...)
La delegación final del Govern es contradictoria con la machacona
insistencia de los independentistas de que esa mesa tenía que ser entre
gobiernos, como sinónimo de iguales. Su composición final es una
maniobra de Torra y Carles Puigdemont para desplazar el protagonismo de los republicanos. (...)
El papel de Pere Aragonès queda reducido al de mero
acompañante de Torra en las reuniones, a las que solo asistirán cuando
haya que ratificar algún acuerdo. Entre tanto, el mayor peso
institucional ante los ministros del Gobierno español lo tendrán los
consejeros Alfred Bosch y Jordi Puigneró.
Con una diferencia importante, mientras el primero no pretende ser
candidato a la presidencia de la Generalitat, el segundo aparece en
todas las quinielas de los posibles cabezas de cartel de JxCat. Puigneró bien podría ser el candidato efectivo de un candidatura liderada por Puigdemont como reclamo electoral.
La reunión de este miércoles no ofrecerá resultados. Solo una foto
con 16 personas sentadas en una larga mesa. Se enunciarán temas y
exigencias. Por parte del Govern, lo de siempre: autodeterminación y amnistía.
No se convendrá nada más que volverse a reunir, ya sin la presencia de
Torra ni Aragonès, sin Sánchez ni Iglesias. La auténtica incógnita es
cómo el Gobierno español enfocará el encuentro para seguir ganando
tiempo a fin de que ERC no encuentre ninguna dificultad insuperable para
votarle los Presupuestos.
A eso se resume ahora mismo dicha mesa.
A un trágala que Sánchez y el PSOE han tenido que aceptar,
haciendo de la necesidad virtud maquillada bajo la idea del
“reencuentro”. Y a una maniobra de última hora de Torra para hacerse con
su control, cortando en seco el protagonismo de ERC con el fin de
relanzar a JxCat de cara a las próximas autonómicas exhibiendo
intransigencia negociadora con un nuevo candidato efectivo que acompañe a
Puigdemont. La mesa, pues, reducida a un mero artefacto electoral." (Joaquim Coll, Crónica Global, 26/02/20)
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