10/2/20

Josep Maria Sala (consejo nacional del PSC): Hemos asistido a un fracaso estratégico de la burguesía catalana... fué Artur Mas, el líder que iba a llevarnos a la tierra prometida, lo que impulsó la deriva independentista...

"Josep Maria Sala (Barcelona, 1945) lo ha sido todo en el PSC. Ahora se mantiene en un segundo plano, pero sigue siendo una referencia. Forma parte del consejo nacional del partido (...)

--Pregunta: ¿De todo lo que ha ocurrido en Cataluña, tiene la culpa el nacionalismo, que iba a derivar, por fuerza, hacia esta situación?


--Respuesta: El nacionalismo catalán, como tal, no. El nacionalismo catalán tenía una posición reformista. A partir de un momento da el salto hacia planteamientos radicales y ese es el problema. El nacionalismo está en Cataluña, pero lo que ha habido es una deriva hacia el independentismo.


--¿Debía derivar hacia eso?


--No, nosotros también éramos partidarios de una sociedad sin clases, pero eso no te condiciona para las acciones más inmediatas. También ha sucedido en el País Vasco. El PNV querría tener la independencia, pero han considerado, tras un fracaso inicial, que era mejor lo que practican ahora. El problema es la deriva, teniendo en cuenta que pueden encarrilar la situación, como lo ha hecho el PNV.


--¿Puede reconducirse hacia posiciones catalanistas?


--Será difícil, pero nos podemos encontrar con un nacionalismo moderado, que no podrá ser, claro, el mismo de antes. Cuando recuperamos la democracia, Convergència no era catalanista. Se declaraba ya nacionalista. Éramos los socialistas y el PSUC, los catalanistas. Luego ellos adquirieron esa etiqueta. Pero creo que se habrán dado cuenta de que la independencia es un camino que no ha llevado a ninguna parte, y que deberán rectificar.


--¿En qué momento cree que se produce esa deriva y por qué?


--La crisis económica fue importante. La pérdida del liderazgo de Jordi Pujol también. Creo que esas dos cuestiones explican la deriva clara en Convergència. Porque en el caso de ERC, la apuesta independentista ya existía. Eso les lleva a dar el salto, una apuesta de los propios dirigentes, de Artur Mas, que les lleva a sumarse a ERC.


--¿Considera que eso es esencial, el papel de los dirigentes?


--Totalmente. Sí, el problema es ahora el vacío en la dirección de Convergència. Las direcciones marcan el rumbo. Esquerra tiene un plan más definido, pero todos se dejan arrastrar también por la CUP. (...)

--A los partidos les cuesta mucho admitir errores. ¿Lo fue, en el caso del PSC, el Estatut, la formación de los gobiernos tripartitos con ERC?


--Los tripartitos fueron una oportunidad de acabar con largos años de gobiernos pujolistas y convenía ese cambio. La única posibilidad era aquella. El balance es razonablemente positivo. En el tema del Estatut, hay que decir que Pujol fue más prudente, y no se metió en esa cuestión. Quizá se debía haber empezado por una reforma constitucional, para cubrir un nuevo Estatut, aunque admito que hubiera sido imposible con el PP.


--Se podía haber hecho otra cosa, y no un nuevo Estatut.


--Sí, pero también era una promesa electoral de ERC. Se había llegado a un acuerdo, aunque, después, la metodología no era la correcta. Se ofreció la redacción al Institut d’Estudis Autonòmics, presidido por Carles Viver Pi-Sunyer, uno de los ideólogos del movimiento. Pero repito que ni el Estatut ni la sentencia posterior del Tribunal Constitucional explican lo ocurrido. Fue la crisis económica y la situación de Pujol, con su caso en Andorra, más aquella campaña de Artur Mas como líder que iba a llevar a la tierra prometida, lo que impulsó la deriva independentista.

--Pero es que no había datos. Era rumorología que Pasqual Maragall recogió.


--¿Entonces se equivocó Maragall?


--No, no. Se le reconoció veinte años después. Se comprobó. Pero en aquel momento no había elementos de prueba. Convergència se transformó, se cambió el nombre, y cometió con ello un gran error, como admiten ahora sus propios dirigentes.


--¿No se equivocó el PSC con su política en relación a los medios públicos de la Generalitat?


--Ocurrió más en el segu

ndo tripartito, producto de la negociación, y de nuestra posición, más débil que en el mandato anterior, donde tuvimos a Caterina Mieres al frente de Cultura. Luego quedó en manos del republicano Tresserras. Y se prefirió tener la política educativa que Cultura, aunque fue a parar a manos de Ernest Maragall, que no sé si fue la mejor decisión. Pero los tripartidos ejercieron su papel. Se cerró una etapa larga del pujolismo. Y tuvimos de presidente a José Montilla, una persona que no tenía raíces familiares en Cataluña, y eso fue importante.


--Ahora, si se aproximan posiciones en Cataluña, y aterriza el independentismo, ¿es el momento para un nuevo pacto interno, para el fin de la política del consentimiento, como dice Antón Costas?


--Hombre, sí. Se ha roto el consenso social, eso está claro y se reconoce. Hay cuestiones como la política cultural o lingüística que precisan de un nuevo consenso. Se debe intentar recuperar el consenso del inicio de la democracia, y se debe abandonar el radicalismo independentista. Se ha de volver a la moderación, en términos nacionales, y eso lo representa el PSC.


--¿En qué temas se debería actuar?


--Las posibles salidas pasan por una reforma del Estatut, con una Constitución que la pueda cubrir bien; por competencias que no queden al albur de los gobiernos de turno en Madrid; y por una financiación mejor. Todo ello con una reforma constitucional, con perspectiva federal. A nivel interno, se debe reflejar mejor la pluralidad. Proteger el catalán, pero no en detrimento del castellano. Y ver, en la cuestión de las infraestructuras, qué se puede hacer, porque hemos visto cómo están algunas zonas del territorio, tras las últimas tormentas, como en las Terres de l’Ebre.


--¿Y en los medios de comunicación de la Generalitat?


--Sí, también, porque ahora transmiten la posición dominante del gobierno catalán. En los medios privados hay más pluralidad. Los públicos se dirigen solo a una parte de la sociedad catalana. (...)

--¿Qué ha pasado con la clase económica en todos estos años? ¿Cree que el empresariado catalán ha estado a la altura?


--Hemos asistido a un fracaso estratégico de la burguesía catalana. Ahora parece que empieza a recuperarse. Pensaron los empresarios que podrían conseguir beneficios con según qué apoyos. Pero lo que ha pasado en la Cámara de Comercio es el reflejo de ese fracaso. Se han dormido. Ahora, Foment, el Círculo de Economía o Pimec están en la buena dirección. La burguesía catalana, en un momento dado, se despistó. Esperaban sacar más frutos de Madrid, y no supieron frenar. Ahora están pagando esas posiciones, reitero, con la pérdida de la Cámara de Comercio, con unos dirigentes muy peculiares. (...)"               (Entrevista a Josep María Sala, Manel Manchón, Crónica Global, 09/02/20)

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