29/10/19

El Bloque Quebequés se reinventa tras aparcar las demandas de independencia: “Seguimos vivos”

"Y un año después, resucitó... “Yo diría que seguimos vivos”, se felicitó sonriente Yves-François Blanchet, líder del Bloque Quebequés (BQ) tras conocerse los resultados de las elecciones federales del lunes en Canadá . Tendrán 32 diputados, 22 más que en la última legislatura. 

El resultado –impresionante para un partido que hace un año se daba por muerto, víctima de las divisiones internas sobre la independencia– tiene mucho que ver con el liderazgo de Blanchet y su capacidad para entender cuáles son las verdaderas inquietudes de los quebequeses.

Casi un cuarto de siglo después del último referéndum de independencia en la provincia francófona, el porcentaje de quebequeses que apoyan la secesión ronda el 35%. La causa ha perdido fuelle, sobre todo entre los jóvenes. En este contexto, la insistencia de la anterior líder del BQ, Martine Ouellet, de defender la independencia en el Parlamento federal provocó hace un año la dimisión de siete de sus diez diputados. Al final, Ouellet se fue.

 Con el partido hecho añicos (“cadáver”, dijeron algunos), no hubo más candidaturas a sucederle que la de Blanchet, exministro de Medio Ambiente en el gobierno regional y exmanager de la mayor estrella de rock quebequés, reinventado como comentarista de televisión. “Defender los intereses de Quebec en Ottawa o defender la independencia de la provincia en la ciudad de Quebec no está muy de moda” pero “para mí es imprescindible no renunciar a ideas que son importantes”, decía antes de ser proclamado líder del partido en enero.  (...)

 Para seguir siendo relevante, concluyó, el partido debía aparcar las demandas de independencia para dar respuesta a las preocupaciones reales de los quebequeses. Principalmente, la defensa del medio ambiente y su identidad nacional frente a lo que perciben como ataques de otras provincias, en especial las del Oeste del país, que exigen a Ottawa inversiones y menos trabas para explotar los recursos petroleros del país.

“En Quebec hay entre un 30 y un 35% de la población que no se reconoce en los partidos políticos federalistas, (…) electores menos ligados a Canadá pero que quieren enviar un mensaje de oposición a la política federal”, ha explica a la agencia AFP François Rocher, politólogo de la Universidad de Ottawa. Bajo el nuevo liderazgo de Blanchet, el BQ ha sabido asumir los elementos más nacionalistas del discurso de la Coalition Avenir Québec, que se resumen en cuestiones identitarias”, dejando la cuestión del estatus de Quebec “completamente fuera” del debate hasta el final de la campaña, señala Rocher.

“Entendemos la profundidad de nuestro mandato pero también sus limitaciones”, dijo Blanchet el martes en la sede del partido. “Nuestro trabajo no es hacer que el federalismo canadienses funcione pero tampoco crear problemas. La gran diferencia entre el sentimiento de nación de Canadá y el de Quebec es que este no necesita ser exacerbado”, añadió. “¡Queremos un país!”, le respondió la multitud. “Yo también... Pero la soberanía no está en nuestro mandato”, respondió Blanchet, que sólo habló de independencia en la campaña a instancias de sus rivales, que decían que un voto por el BQ era un voto por la vuelta a debates del pasado.

La orientación ideológica del BQ ha cambiado a lo largo de su historia pero en los últimos años se había inclinado a la izquierda. Blanchet, sin embargo, lo ha acercado al partido regional de centro-derecha Coalition Avenir Québec, responsable de la ley sobre símbolos religiosos que quiere garantizar la laicidad de la administración pública. Muy popular en este territorio, la norma va en abierta oposición con la tradición multiculturalista de Canadá y el resto de partidos del país la consideran inconstitucional; sus ataques a la ley hicieron parte del trabajo a Blanchet en Quebec.

El nuevo BQ defiende sin fisuras esta y otras medidas tomadas por la provincia para asegurarse que los inmigrantes y refugiados hablan francés. Después de años a medio gas por la incertidumbre del debate independentista, la recuperación de la economía quebequesa ha aumentado la demanda de mano de obra, a la vez que la ansiedad de muchos ciudadanos sobre el futuro de su identidad nacional como único territorio francófono de Norteamérica. Blanchet les ha convencido de que el BQ les defenderá. (...)

  “Un día, en el momento que los quebequeses decidan y como ellos decidan, es posible que vuelvan a considerar convertirse en un país” pero no será el BQ quien decida cuando lanzar otro referéndum de independencia, afirma Blanchet, que ha prometido ser una voz por el “consenso” en el nuevo parlamento. "                       (Beatriz Navarro, La Vanguardia, 23/10/19)

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