" (...) Las pretensiones independentistas de las regiones
ricas frente a los Estados a los que pertenecen han sido muy habituales a
lo largo de la historia. Son muchos los ejemplos existentes y, de forma
mayoritaria, los partidos nacionales de izquierda se han posicionado en
contra de los independentistas.
Dos ejemplos de esta situación se han
producido recientemente en el continente americano, más concretamente en
Bolivia y en Venezuela.
Santa Cruz es uno de los nueve departamentos que
forman el Estado Plurinacional de Bolivia. Es el motor de la economía
boliviana. Aporta al estado el 40% de sus ingresos, supone el 30,6%, del
PIB boliviano y representa el 50,7% de las exportaciones totales del
país. El 4 de mayo de 2008 las autoridades de Santa Cruz realizaron un
referéndum autonómico en el que un 85,9% de los votantes lo hizo a favor
del proceso.
Estos resultados llevaron al Prefecto de la región, Rubén
Costas, a declarar: «Hoy nace la Bolivia autonómica, la Bolivia digna y
soberana; iniciamos el camino hacia una nueva República”. La reacción
del presidente Evo Morales, líder del Movimiento al socialismo, no se
hizo esperar. La votación fue descalificada por su Gobierno y se produjo
en medio de incidentes que causaron al menos 35 heridos.
Zulia es uno de los veintitrés estados que, junto con
el Distrito Capital y las Dependencias Federales, forman la República
Bolivariana de Venezuela. Su economía depende básicamente del petróleo y
del gas natural, obteniendo el 80% de la producción nacional. El
movimiento de Santa Cruz movilizó a determinados sectores de Zulia a
reivindicar su propio referéndum de independencia.
La respuesta del
presidente de Venezuela, Hugo Chávez, líder del Partido Socialista
Unido, fue contundente. Preguntado en rueda de prensa el 10 de mayo de
2008 sobre su opinión ante un hipotético referéndum de independencia en
Zulia instó a la oligarquía zuliana a que fuera
buscando las armas, porque «esto sería causa de guerra, ya que nosotros
no toleraremos que nos dividan Venezuela». Evidentemente, el referéndum
nunca se celebró.
La principal reivindicación económica de los
independentistas catalanes ha consistido en denunciar el desequilibrio
fiscal existente entre Cataluña y el Estado, lo que dio origen al tan
famoso como dudoso eslogan de España nos roba.
Las pretensiones de los independentistas catalanes no parecen
diferenciarse demasiado de las de otras regiones ricas.
Lo que si
resulta sorprendente es que, ante las reclamaciones económicas de los
independentistas catalanes, Podemos se haya posicionado a favor del
derecho a decidir, adoptando una postura antagónica a la de dos
gobiernos especialmente admirados por los líderes de la formación
política.
Cataluña no aporta ingresos al Estado como región sino
que son sus empresas y sus ciudadanos los que lo hacen a través de los
impuestos que pagan en función de su riqueza. Resultaría sorprendente
que la izquierda apoyase a un grupo de ciudadanos ricos que denunciaran
que el Estado les robaba por tener que pagar en impuestos un valor
superior a los servicios que personalmente reciben.
En última instancia, si se acepta que una región rica
pueda aportar al Estado lo que recibe, arrogándose el derecho a
independizarse si se le pide más, dicho Estado deberá renunciar a
cualquier política de redistribución de la renta entre los ciudadanos de
sus distintas regiones, obligándose a asumir una restricción que
debería resultar inaceptable para cualquier mentalidad mínimamente
progresista." (Joan Franquet, profesor universitario de Economía, El Español, 07/05/19)
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