"Fue en un acto organizado el pasado domingo 14 de octubre de 2018 por la
“Associació pro-Memòria als Immolats per la llibertat de Catalunya”,
una organización hegemonizada sectariamente por ERC que quiere
transformar, revisando la historia, a todos los inmolados en luchadores
nacionalistas. Es falso, rotundamente falso.
No es el caso de mi abuelo,
un cenetista asesinado el 9 de mayo de 1939, cuyo nombre y apellido han
tenido la desvergüenza de catalanizar: de José Arnal ha pasado a ser
alguien que no era, Josep Arnau. Así figura, con este falso nombre, en
el Memorial. No hacen ni caso cuando se les señala “su error”.
No fui este año al encuentro. La experiencia de otras
ocasiones ha hecho que desista y me aleje de ese aquelarre secesionista
donde sólo se puede cantar “Els Segadors” y no, por ejemplo, el himno
republicano de Riego (¡y dicen ser republicanos!) o “A las barricadas”.
Lo intenté hace años; no fue posible. Me miraban como si cantara en
indoeuropeo una canción desconocida de los iroqueses, de las “gentes de
las casas largas”.
Pues bien, el presidente vicario de la Generalitat, el ultranacionalista supremacista Quim Torra,
arremetió (de nuevo) en su intervención del domingo contra el “Estado
español” por atreverse "de nuevo a tener presos y exiliados", presos y
exiliados que son tales por el hecho "de haber dado la voz al pueblo",
como los alcaldes republicanos fusilados en 1939”.
¡Por haber dado la voz al pueblo! ¡Como los fusilados en 1939! ¿Qué
tendrá que ver la situación de los hoy encarcelados (no lo estarían si
de mí dependiera) con los asesinatos, sin defensa alguna, de aquellos
combatientes republicanos? ¿Sabe Torra de lo que habla? Sí, lo sabe, lo
sabe muy bien. Pero quiere liarla o peor, piensa así.
Puro delirio interesado. Pero no en mi nombre ni en el
de tantos otros familiares de luchadores asesinados (algunos alcaldes y
otros no claro está). Nada tienen que ver una y otra cosa. Nada. Pura
invención, pura tergiversación y de paso una ofensa, otra más, a
aquellos ciudadanos que pagaron con su vida su lucha en defensa de la II
República española (y también, por supuesto, en defensa de ideales
comunistas libertarios y del Estatut del 32).
Si se pudiera esperar algo de este falso presidente,
se le pondría pedir-exigir disculpas pero no vale la pena. Sus palabras
son testimonio de su cosmovisión de fondo: hispanofobia desmedida,
ausencia de matices, el lío por el lío, las instrucciones de Waterloo y
un intento, no es la primera vez, de “nacionalizar .Cat” la resistencia
ante el fascismo en 1936-39 y durante la lucha antifranquista.
Revisionismo histórico del peor. Lo hicieron ya en la exposición de la
Modelo. ¡Solo fueron ellos los que se enfrentaron a España y como si
toda España fuera la España fascista! ¡Qué insulto, qué acto de barbarie
el suyo!
Alguien con mejor y más amplia mirada histórica que
uno, el profesor José Luis Martín Ramos [2], ha explicado y valorado lo
sucedido en los siguientes términos. Les dejo en buena compañía:
Se puede discrepar de las frecuentes hipérboles de la propaganda del procés y, no obstante, aceptar que en democracia tienen derecho a decirlas, sin que eso las haga ciertas sino que manifiesta que en democracia pueden decirlas; pero hay un límite en la tolerancia y ese lo ha traspasado la última declaración de Quim Torra, el agitador "en cap" de un gobierno que se niega a gobernare.
Su equiparación entre los políticos presos, y el proceso judicial a que están sometidos, y los fusilados al acabar la guerra civil y durante la dictadura es una absoluta indecencia y un insulto a todas las víctimas y los luchadores contra el franquismo; la mayoría de los cuales, por cierto, no eran nacionalistas ni de ERC, sino anarquistas y comunistas.
Coincidiendo con esas declaraciones Ada Colau ha replicado, con razón, a Casado una barbaridad sobre la inseguridad en las calles de Cataluña; que yo sepa no ha replicado la barbaridad de Torra y esa barbaridad no es menor; si fuera cierta la analogía de los procesos contra los políticos y la represión franquista la decencia les tendría que llevar a echarse a las calles, la tiranía justifica la insurrección, pero no es el caso. No se echarán a las calles, pero han sumado algo más en la escalada de la irresponsabilidad.
Pues eso: no se entiende que en este caso no haya
réplica de la alcaldesa de los barceloneses (¿no deberían Colau y su
teniente de alcalde defender la memoria de gentes como mi abuelo?) y de
nuevo, los mandameses del país, han sumado algo más a su escalada de
irresponsabilidad y de manipulación de la historia y de los sentimientos
de la ciudadanía. Lo suyo, marca de su casa." (Salvador López Arnal , Rebelión, 16/10/18)
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