3/10/18

“El independentismo necesitaba un muerto el 1-O, pero no llegó nunca”

"ꟷSe cumple un año ya del 1-O. ¿Qué balance hace?

ꟷHabría que hacer una especie de catálogo de agravios de la situación en la cual nos encontramos. Hay una expresión gallega que dice que todo es empeorable. En Cataluña se confirma esa teoría. Es muy diferente ver las cosas de Cataluña desde Madrid a vivirlas cotidianamente aquí. 

Hay una sociedad fraccionada, dividida. Una parte de esa sociedad se siente satisfecha y orgullosa, que es la minoría independentista, pero del otro lado hay una mayoría cada vez más desanimada y hasta perpleja.

ꟷ¿El 1-O fue lo mejor que le pudo pasar al independentismo?

ꟷNunca lo he pensado así. Seamos rotundos, aunque sea cruel: el independentismo necesitaba un muerto el 1-O, pero no llegó. Los que vivimos esos días aquí todavía recordamos aquellos infundios absurdos de los mil heridos, de la señora que le habían roto los dedos y machacado las uñas… esa especie de regreso a la brujería medieval y la maldad del adversario.

 Quizá para unas personas inducidas o los habitantes de la Cataluña profunda haya sido el momento más feliz de sus vidas: acosados, derrota tras derrota, hasta la derrota final, que es ésta. Quizá para ellos, pero para el resto estoy seguro de que no fue un gran día. Aunque ya sabe usted que todas las fiestas que se celebran en Cataluña son homenajes a derrotas.

ꟷ¿Por qué se ha enconado el asunto independentismo? ¿Qué los ha fortalecido?

ꟷ Varias cosas suman. No sólo lo que podríamos llamar la crisis de gobierno, sino la crisis del Estado: la fragilidad de los gobiernos últimos y éste en particular. Todo eso más la actitud de Rajoy, quien, esperando con una teoría clásica de siglo XIX, pensó aquello de que hay que poner sobre la mesa ciertos temas, para que vayan resolviéndose solos. 

Y eso no es verdad. Esto es como las enfermedades: puedes no tomar medicamentos e ir curándote poco a poco. Claro, si tienes 18 años. En una sociedad tan vieja como la catalana, muy marcada por el catolicismo más conservador y reaccionario, estas cosas han influido de manera importante para que el deterioro se produzca de manera insólita. 

Esta semana, para mi sorpresa, veía a Jordi Pujol, Artur Mas y a todos los responsables de la gran quiebra de la sociedad catalana (en beneficio propio, además) asistiendo a una conferencia en primera fila, jaleados por los suyos, como si en lugar de delincuentes fueran prohombres de la patria.  (...)

ꟷEl independentismo está dividido, o eso sostienen algunos. ¿Usted qué piensa?
 
ꟷHay más elementos que los unen que los separan. Están en el mismo barco. Unas veces unos miran y los otros reman, y al revés. No creo que sea demasiado significativo mientras no se convoquen elecciones. Una vez que eso ocurra entonces sí sonará en gong del combate. Y ahí alguien tiene que ganar.

ꟷAlgunos aluden que la siguiente jugada de Puigdemont será mandar a Torra a convocar elecciones.

ꟷEn este momento esa oportunidad no está en su mano. Todas las cartas las tiene Sánchez. Tanto Puigdemont como Torra están a verlas venir. Estás esperando para ver qué hace el poder central. No tienen otra alternativa que oponerse a la política que marque el Estado. Torra, que tanto se animaba a convocar elecciones, en este momento está disminuido. 

Es Sánchez quien tiene que decidir. Leyendo las declaraciones de los últimos, resulta evidente que todas las cartas del juego, incluso haciéndose trampa a sí mismo, las juega Sánchez. (...)

¿Qué es prioritario decir y hacer hoy en Cataluña?

ꟷEl ministro Borrell ha dicho algo que sin ser una idea brillante es bastante objetiva: superar una situación como la que se ha creado desde el año 2011 hasta aquí va a necesitar como mínimo veinte años para superarlo. ¡Cómo se calma? ¿Cómo volver a una sociedad abierta como la que existía aquí hace treinta años

? Es muy difícil. Porque el sentimiento de victoria y de aplastamiento al adversario por parte de la Generalitat es demasiado grande como para que pueda revertirse de la noche a la mañana. Es imprescindible ir a unas elecciones en Cataluña, eso sí con bastante cautela. Las elecciones plantean problemas, no aportan soluciones.  (...)

ꟷ¿Qué pasa con ellos?

ꟷLos hijos de la burguesía asentada, funcionaria y dependiente del Estado, son de un radicalismo absoluto siempre y cuando no se toque el patrimonio, como decía un miembro de la Generalitat. En este momento no hay nadie que tenga la pócima perfecta para ir aliviando las heridas de esta sociedad.

 Están todavía abiertas e incluso no han llegado a abrirse del todo. Como mínimo, unas elecciones pueden ayudar o incluso entorpecer. Pero la sociedad catalana, desde 2011, se ha saltado todas las líneas rojas. Si uno sale a la calle hoy y ves a los ancianitos con el lazo amarillo por los presos de la Generalitat, uno se encuentra con una situación insólita.

 ¿Qué hacen estos ancianos que aguantaron el franquismo con un silencio sepulcral, y que construyeron un patrimonio y ahora creen que la Generalitat les va a defender sus jubilaciones no mal colocadas? Viendo eso uno piensa: esto no es xenofobia. Es reaccionarismo carlista. Con un peso tremendo de la Iglesia. 

No olvide nunca que el nacionalcatolicismo de Franco tuvo en Cataluña una de sus bases más importantes. Los peores ataques a Ortega y Gasset por liberal y ateo salieron siempre de Barcelona. Así que ya ve usted, así estamos."                     (Entrevista a Gregorio Morán, Karina Sainz, Vox Populi, 29/09/18)

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