"(...) ¿Acaso, nunca vio Pujol que además de su Cataluña había otra?
Influenciado por personas como Candel, en algún
momento Pujol echó una ojeada a la realidad social, pero nunca reconoció
su pluralidad. En este terreno, la izquierda catalana ha confrontado
poco con lo que significa el independentismo, en un momento en que los
grandes problemas trascienden las fronteras.
Son necesarias políticas
comunes de seguridad, fiscales, medioambientales…, porque estas
cuestiones no se resuelven en cada país. Sacar eso de ahí, vía
nacionalismo, significa ser reaccionario.
¿Cómo el independentismo acaba convirtiéndose en panacea para muchos catalanes?
Dice Marina Subirats que, ante la falta de
perspectivas sociales, el independentismo era la última utopía en
Cataluña. La independencia como solución a todo, incluida la rotura del
ascensor social, como consecuencia de la crisis.
¿Cómo ve la desembocadura de todo esto?
Muy complicada. En Cataluña hay una fractura social. Y
hay riesgo de violencia ¿Qué mantiene vivo al “procesismo”? La razón
no. Se mantienen vivos eslóganes falsos. Pero no hay mandato popular,
España no es fascista, Franco no existe… ¿A pesar de esto, porqué hay
gente que da su apoyo a partidos que están diciendo estas cosas? Porque
hay una emoción, que va más allá de la política. Y lo que está pasando
en Bélgica (Puigdemont, etc.) es patético y grotesco.
¿No resulta el federalismo la única vía posible para la superación del conflicto?
Eso significa un reconocimiento de la
plurinacionalidad de España, cosa que el PP está muy lejos de hacer.
Espero que algún día los líderes de la derecha española vean que el
federalismo asegura la unidad, como así lo entiende medio mundo.
Y en
Cataluña, padecemos déficits democráticos que la corrupción los ha hecho
estallar. A lo que hay que añadir la creación de una estructura
institucional a medida de Pujol y de Convergencia." (Entrevista a Joan Saura, ex-presidente de ICV, El Triangle, 07/10/18)
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