"El más reciente Informe Pisa, que analiza el nivel educativo de los
alumnos de 71 países y territorios de todo el mundo y que, en esta
ocasión, también ha estudiado la evolución formativa de los estudiantes
según su región de origen, revela que los jóvenes del País Vasco han
retrocedido ampliamente en sus competencias educativas en las materias a
examen (Matemáticas, Ciencias y Lectura) hasta el punto de que Euskadi
se sitúa por debajo de la media de la OCDE y de la media española en
Ciencias y Lectura. (...)
¿En su opinión, a qué se deben los malos resultados obtenidos por los estudiantes vascos en el último informe PISA?
No puedo responder de una forma científica a esa pregunta pues habría
que analizar de una manera estadísticamente comparada las variables que
inciden en los resultados, y me faltan datos objetivos. Pero me
arriesgo a hacer una aproximación sobre las posibles causas.
Sorprenden varias cosas. Por ejemplo, que el 67% de los alumnos
evaluados pertenecen a la red concertada, es decir casi dos de cada tres
alumnos. Hay que tener en cuenta lo siguiente: el extracto
socioeconómico de las familias de la red concertada es mejor que el de
la pública y, por lo tanto, hay un sesgo en la muestra; el País Vasco
tiene, además, mucho más presupuesto dedicado a la educación en relación
a la población que el resto de las comunidades autónomas y también más
recursos, tanto materiales como de profesorado, y más apoyos a los
alumnos con necesidades educativas. Sabiendo todo esto, los resultados
nos revelan que algo no funciona. Y eso que no funciona es sistémico. (...)
Yo planteo que la inmersión lingüística aplicada de forma
generalizada y el filtro del euskera para seleccionar al profesorado no
responden a criterios de calidad y excelencia sino a planteamientos
estrictamente políticos. Los fines de la educación como concepto hace
tiempo que han sido suplantados por las estrategias del nacionalismo,
que han impregnado el conjunto de las políticas y contaminado el
servicio que se presta a los ciudadanos en los diferentes ámbitos, entre
otros los de la educación.
Incluso, es paradójico que el resto de los
partidos hayan hecho puro “seguidismo” de los paradigmas que
caracterizan al “partido guía” del País Vasco. Yo diría que sobre todo
en la educación, que es un campo muy invadido por quienes quieren
influir en la forma de pensar de la gente y manipular cosmovisiones
sobre el mundo y las cosas.
¿Qué papel juega la política lingüística que ha llevado a cabo el Gobierno Vasco durante los últimos años en esta situación?
A mi juicio, este aspecto es clave. No se puede aplicar una política
de inmersión lingüística forzada contraviniendo el contexto de la
realidad social y cultural, solamente por razones de estrategia
política, pues la propia Ley de Normalización del Uso del Euskera ponía
restricciones en ese sentido. Más del 80 % de la población vasca tiene
como lengua materna el castellano, y la lengua de uso es la misma que la
materna.
Todo el derroche de gasto que se ha hecho en la construcción
nacional, que es la euskaldunización, con un coste elefantisiáco, no ha
surtido apenas efecto, y seguimos con un uso social del euskera sin
grandes variaciones respecto a hace 35 años. Y nadie se plantea evaluar
la rentabilidad social de esas políticas y sus costes, mientras que
existen otras necesidades sociales sin abordar en un contexto de crisis
económica. Es asombroso.
En las competencias educativas, los factores cognitivos y del
aprendizaje de contenidos curriculares tienen un papel preponderante. No
se puede achacar a las pruebas hechas por vía digital el factor
desencadenante en la caída de resultados como ha hecho la consejera de
Educación. Puesto que, además, esa es una competencia evaluable y a
lograr.
Convendría analizar la incidencia de esa inmersión en una lengua
tan minoritaria como el euskera en el descenso de los egresos
educativos, en lo que se refiere a la caída en la comprensión verbal y
lectora y, en consecuencia, en aquellas materias que tienen una gran
incidencia en el razonamiento, que está intrínsecamente ligado a la
competencia verbal, tal como describe Vigotsky en su teoría del
aprendizaje.
Una comunidad tan próxima como Castilla León nos saca una ventaja de
30 puntos en comprensión lectora mientras que entre los resultados del
País Vasco y el último de la escala solamente hay 15 puntos de
diferencia. ¿Parece obvio, no? (...)
¿Qué responsabilidad tiene el profesorado en estos pobres resultados? ¿Tienen los adolescentes vascos los mejores profesores?
A esto respondo con una idea muy gráfica. ¿Qué educación puede dar un
profesorado que ha apoyado o condescendido, en muchos casos, con el
terrorismo y la extorsión de ETA? Es verdad que no es mayoría, pero hay
un alto componente de subversión de valores en una parte del
profesorado vasco. Y en ello tienen que ver mucho los sistemas de
selección por la vía de una euskaldunización politizada.
Ha habido una
criba indudable en la selección el profesorado, pues los partidos
políticos dominantes han considerado que un profesorado identificado con
el proyecto nacionalista es un instrumento de adoctrinamiento, no de
educación. Veamos lo que está ocurriendo ahora mismo en Navarra. ¿Por
qué las prisas en la euskaldunización del sistema? Quieren a toda costa
dar una vuelta completa a la situación del sistema educativo navarro.
Analicemos qué sindicatos son los más votados por el profesorado
vasco y saquemos consecuencias. Un profesorado sin formación
humanística es como un cirujano sin bisturí.
Algunos analistas acusan al sistema educativo vasco se ser
una gigantesca herramienta de adoctrinamiento nacionalista, ¿cree usted
que esta apreciación es correcta?
Sin duda. Lo dicen los mismos programas y textos nacionalistas en su
axiología educativa. El adoctrinamiento forma parte del ADN
nacionalista. Sin esa siembra de material cognitivo que va conformando y
modelando la cosmovisión de las generaciones, tergiversando la
historia, mediante el currículo oculto, la utilización sentimental para
impregnar el ideario nacionalista en los niños, con las interacciones
personales profesor-alumno y una sutil, y, a veces burda, transmisión
de ideas que nada tienen que ver con la educación y sí con el
adoctrinamiento; sin esa lluvia fina que lo impregna todo en los
contextos educativos, no sería posible la expansión de la idea
secesionista.
No hay más que ver el empeño que están poniendo en ciertas
comunidades, sobre todo en Navarra, por dar un cambio copernicano a los
paradigmas educativos. Si la educación fuera un servicio público
aséptico y neutral, todo iría mejor.
¿Qué futuro educativo espera a los jóvenes vascos?
Partiendo de las respuestas anteriores, yo diría que los jóvenes
vascos tienen un mal futuro educativo. La educación tiene como uno de
sus objetos principales el de formar ciudadanos libres, capaces de tener
sentido crítico de las cosas y de analizar sus realidades envolventes,
emancipados como personas capaces de forjar un proyecto de vida de forma
constructiva y responsable para contribuir al desarrollo de las
sociedades sin romper con su pasado. Si esto no existe, los individuos
se convierten en personas manipulables y alienadas. (...)
Miremos hacia Finlandia, donde el profesorado es el factor casi
exclusivo de la excelencia de la educación, o a Japón o Singapur.
Solamente si se deja que el sistema educativo cumpla su función sin
intromisiones sectarias de interés político, éste cumplirá su objeto y
propósito.
Y en ese sentido habría que reforzar el criterio de utilizar la
lengua materna como vehículo, aunque solamente sea en el aprendizaje de
la lecto-escritura y el afianzamiento de esa lengua de forma culta. La
lengua no solo es un vehículo de comunicación sino una herramienta de
transmisión cultural, y, en este sentido, hay que elegir no solamente la
lengua materna sino aquel canal que forma nuestra capacidad cognitiva
de mejor forma.
El pensamiento y la capacidad para aprender tienen mucho que ver con
el mecanismo para formar conceptos que utilicemos. Cuanto más pobre sea
esa herramienta más deficitaria será nuestra capacidad para desarrollar
construcciones hipotético-deductivas. La UNESCO y otros organismos
internacionales y expertos internacionales nos dicen que la lengua
materna ha de respetarse en el ámbito educativo. Incluso los
nacionalistas, antes de llegar al poder reivindicaban, este concepto." (ERNESTO LADRÓN DE GUEVARA – LA TRIBUNA DEL PAÍS VASCO – 10/12/16, en Fundación para la Libertad)
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