26/7/16

Es preocupante que la intolerancia de quiénes cuelgan fotografías de quienes no entienden catalán, en las redes sociales

"Hace un par de semanas que algunos medios de comunicación recogen informaciones de las redes sociales sobre terribles y salvajes ataques a Cataluña. Incluso el ultranacionalista Santiago Espot propone en Twitter, en un ejercicio de moderación extrema, “pasar a las manos” contra estos provocadores lingüísticos que se expresan en la lengua de Cervantes.

 Todo porque un par de camareros no entienden el catalán, porque un socorrista se niega a abandonar su trabajo a pesar de que quien se lo pide, lo hace en catalán  y porque un trabajador de una estación de tren no sabe hablar en catalán. Esta es la grave ofensa que día a día se produce en Cataluña ante los que desean vivir plenamente en  catalán.

Es preocupante que la intolerancia se esté haciendo hueco en las redes sociales y algunos las utilicen para marcar con una cruz a personas y negocios que se apartan o no comulgan con el pensamiento único del independentismo catalán, colgando incluso las fotografías de quienes no entienden catalán o, como en el caso del socorrista, no puede abandonar su trabajo.

Cataluña es plural, en ella hablamos dos lenguas con total naturalidad. Y Cataluña ha sido siempre una tierra de gente amable y educada. Yo siempre hablo la lengua de mi interlocutor. Si me hablan en castellano les respondo en castellano y si lo hacen en catalán les respondo en catalán. 

Así me educaron mis padres y así estoy educando a mis hijos aunque algunos me acusen de traidor a Cataluña por permitirles que también se expresen en castellano.

Quizá algunos, obsesionados por sus miedos más íntimos, no logren entender que hay gente de otras partes de España y del mundo que viene a buscarse la vida en esta preciosa parte de España y que no saben, no quieren o no se atreven a hablar en catalán. Tampoco les cabe en la cabeza que haya catalanes que prefieran expresarse en castellano.

 Y no les cabe porque desconocen el sentido de la palabra libertad. En una sociedad libre como la nuestra, la gente puede elegir libremente en que idioma expresarse. Imponer una lengua es un mal negocio. Y señalar con el dedo a quien no utiliza una de esas lenguas no es propio de países democráticos. 

Para ellos, el enemigo ya no sólo está en Madrid, por eso han empezado una cruzada lingüística 2.0 contra esos ciudadanos que no quieren renunciar a la lengua castellana y contra esos catalanes de nacimiento que utilizamos indistintamente ambas lenguas que nos son propias."           (Daniel Sirera, e-notícies, 13/07/16)

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