16/12/15

Las eternas negociaciones catalanas describen algo más que dificultad táctica. Describen fatiga de materiales

"(...)  Durante años, en Catalunya, el marco ha sido estrictamente catalán. Se daba por hecho que cualquier referencia a la política española era o una manera de perder el tiempo o una forma de traición.

 Pero de repente dos factores se han puesto de acuerdo para facilitar un cambio radical de narrativa: la campaña de las generales españolas es muy interesante y anuncia cambios de paradigma, mientras que las eternas negociaciones catalanas describen algo más que dificultad táctica. Describen fatiga de materiales.  (...)

La tensión que Aznar introdujo en su relato de España suscitó en Catalunya una reacción alérgica (la ERC de Carod), que, sumada a la anemia final del maragallismo y a la debilidad ideológica del PSC, acabó generando los errores del tripartito 

(...) el independentismo rellenó el vacío y, aprovechando la dinámica negativa que había dejado la sentencia del TC, propuso un giro de 180º. Enseguida logró generar una dinámica popular, confluyó con el nacionalismo en tránsito generacional y ha obtenido un resultado espléndido, pero corto: 47%. 

Un resultado en forma de canto del cisne. Las dudas de hoy no son tácticas (aliarse o no con la CUP): son la constatación de los límites. El gran error del soberanismo fue ignorar la complejidad interior catalana.  (...)

Ahora soplan vientos de cambio. Soplan fuerte. Domingo conoceremos su alcance. Entraremos en una nueva época (que seguramente requerirá para confirmarse unas nuevas elecciones generales dentro de un par de años).

 De momento, una novedad ya es visible: las nuevas generaciones de políticos españoles tienen una solvencia y una formación muy superiores a lo que conocíamos (se pudo ver en el debate de Atresmedia) y, además, poseen un talento comparable a los líderes de la transición. Por primera vez en muchos años, varios políticos encaran la solución de los problemas españoles sin cainismo. Quizás (repito: quizás) estamos ante la posibilidad de enmendar errores de años atrás y de regenerar España.

Si esta impresión mía se confirma, significará que habremos entrado de veras en una segunda transición. Sería suicida que el catalanismo, ensimismado en su canto del cisne, diera la espalda a este otro proceso. (...)"               (Segunda transición, de Antoni Puigverd  La Vanguardia, en Caffe Reggio, 14/12/15)

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