"Desde que se plantearon las elecciones del 27-S como plebiscitarias,
existe la incertidumbre de si el éxito del independentismo debe contarse
en votos o en escaños. (...)
Es cierto que el 27-S no es un referéndum, sino unas elecciones
parlamentarias. Debido a ello, el sistema electoral debe operar
inevitablemente para transformar los votos en escaños.
Sin embargo, se
trata de un grave error interpretar la opinión de los ciudadanos con
respecto a la independencia teniendo en cuenta la distorsión que genera
el sistema electoral. Si se quiere leer el 27-S en clave de plebiscito,
debe medirse la adhesión al independentismo en votos y no en escaños.
Los políticos oportunistas intentan confeccionar un sistema electoral
a medida para que beneficie a su partido. Los curiosos sólo deben
buscar en Google la palabra "gerrymandering" para observar
algunos ejemplos grotescos de manipulación interesada del sistema
electoral en Estados Unidos. La propuesta de algunos dirigentes
soberanistas de tener en cuenta los escaños en lugar de los votos
desprende tintes de oportunismo político.
Sabemos que el sistema
electoral jugará a favor de la candidatura Junts pel Sí, al igual que en
el pasado lo hizo a favor de CiU. En los últimos años, el sistema
electoral ha beneficiado a Convergència en alrededor de 9 escaños a
costa de partidos menores como Ciutadans, CUP o, muy especialmente,
Plataforma per Cataluña.
No es descartable que la candidatura soberanista no consiga alcanzar
la mayoría absoluta de los votos. Ante este escenario, edulcorar el
mandato de los ciudadanos con el efecto distorsionador del sistema
electoral puede resultar tentador, pero esta lectura será interpretada
como oportunista por cualquier observador mínimamente independiente.
¿Quieren realmente que el 27-S sea interpretado en clave plebiscitaria?
Entonces cuenten votos y no escaños." (
Lluís Orriols , El País,
18 AGO 2015)
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