"(...) Catalunya tiene un elevadísimo endeudamiento público y privado. La
deuda pública supera los 65.000 millones de euros. Mas y Junqueras, en
otro gesto de irresponsabilidad, apuntan que no la pagarán (¿imaginan
que esto les ayudará a ganarse el apoyo de los acreedores europeos?).
Esto no resolvería nada: la deuda privada es entre dos y tres veces esta
cantidad. Recordemos que cuando España e Irlanda sufrieron la pérdida
de confianza, su problema no fue su endeudamiento público, sino el
privado.
Familias, bancos y empresas catalanas están endeudados en
euros. Si los acreedores extranjeros exigieran tipos más altos para
refinanciar esta deuda en “moneda extranjera” como le sucedió a España
en el 2012 (especialmente probable tras el prometido impago público), la
economía catalana entraría en exactamente el mismo círculo vicioso de
recesión, pérdida de confianza, subida de tipos, y mayor recesión, que
sólo tendría un final, dada la imposibilidad del BCE de intervenir en un
país realmente extranjero: el corralito y la salida del euro.
El euro
es un ejemplo de algo más generalizado: Mas ha dejado los detalles de su
huida hacia adelante a la improvisación. ¿Cabe imaginar que el Banco de
España permitiría a una ilegal Hacienda Pública catalana que tenga una
cuenta corriente para cobrar impuestos ilegales en un banco supervisado
por él? La boutade de que las fronteras no existen en Europa, ¿cómo se
compagina con el cobro del IVA y su devolución a los exportadores?
En definitiva, una declaración unilateral de independencia sería un paso al vacío con costes potencialmente astronómicos. (...)" (¿Y si sucediera lo que Mas promete?, de Luis Garicano en La Vanguardia, en Caffe Reggio, 23/08/2015)
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