"Ricardo Cayuela Gally, mexicano y bisnieto de Companys (su abuela María era hija del expresident), decía esto a Sonia Subirats en una interesante entrevista en 2006:
“El catalán lo
aprendimos con mis abuelos, que tenían una verdadera necesidad de que lo
habláramos. (…) Me parece que una cosa era la reivindicación
nacionalista en la dictadura de Primo de Rivera (…) es decir una cosa
era ser nacionalista antes de la Segunda Guerra Mundial, -porque si hay
un nacionalista en la historia de la humanidad es Hitler o Mussolini, en
Italia o etc.,- y, además, el nacionalismo siempre lleva en su germen la exclusión: yo soy distinto a los otros, yo soy diferente, yo me defino en función de lo que no soy, no de lo que soy (…).
Yo creo que España es un país plenamente próspero, democrático, que encontró un buen acomodo con la España de las autonomías y en donde si
uno quiere ser catalán en Cataluña, lo puede ser plenamente, y si uno
quiere educar en catalán a sus hijos, pues lo puede hacer, y vivir
dentro de coordenadas e instituciones catalanas.
Lo que es más difícil
es ser español en Cataluña, porque acaba uno en ámbitos
marginales o fuera de las instituciones, o con problemas para educar a
sus hijos, y, en este sentido, para mi es muy fuerte y muy doloroso ver que la figura de mi bisabuelo es el fetiche de los nacionalistas actuales,
un poco el ídolo, el mártir, cuando se ha perdido un poco la
correlación entre lo que él hizo en su época y lo que es nuestra época.
(…)
Creo que Companys, o aspiro a pensar, no sería un nacionalista furibundo en la España actual (…) en mi familia no nos enseñaron el mito de la Cataluña independiente (…)
Para mi es muy doloroso ver, al menos aquí en Cataluña, a mi bisabuelo convertido en fetiche,
en camiseta, en pósters, en slogan. Lo único que se hace, además, es
empobrecer su figura frente al resto de los españoles, que cada día lo
odian más ,y es lógico, porque es la bandera de Carod Rovira y compañía
(…)
No me gusta una parte del catalán de mirar por arriba a España,
como si España fuera la barbarie, cuando yo creo que para nada, es
decir basta viajar un poco por España para ver la enorme riqueza
monumental y artística de todo el conjunto y no sólo de Cataluña, o la
sabiduría vital de los andaluces. ¿no? (…)
No me gusta es que
la mitad de los catalanes son de origen no catalán, son de origen
andaluz la inmensa mayoría de ellos, pero también hay muchos gallegos,
aragoneses, de distintas oleadas de inmigración, y la cultura oficial catalana los obliga a traicionar u olvidar su cultura heredada y eso no me gusta, porque yo creo que Cataluña sería más rica si aceptara su propia pluralidad interna. Cataluña pide pluralidad a España y no acepta su realidad interna, y eso es muy triste (…)
Esto es una cosa que también me produce mucho dolor en Cataluña, sobre todo los conversos, los hijos y nietos de andaluces, que traicionan a sus abuelos, su sangre y su lengua, para convertirse en unos furibundos catalanistas. (…)
Se me hace absurdo
que renuncien al español, a la lengua del bolero, del tango, de las
rancheras,… a la lengua de Cortázar, de Borges, de Octavio Paz,
Carpentier,… Es un suicidio cultural, que no tiene explicación. (…) Entiendo el respetar, apoyar y conservar el catalán, pero no a costa del español, porque entonces te suicidas culturalmente”. (...)" (Dolça Catalunya, 21/07/2015)
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