"El día después ( The Morning After), de Chantal Hebert y Jean Lapierre, consiste en una serie de entrevistas con los protagonistas más destacados del referéndum
de 1995 en Quebec.
Los autores plantearon a los políticos qué hubiese
ocurrido en el caso hipotético de una victoria del Sí, en lugar de haber
perdido por los pelos (49,42% Sí, 50,58% No). Aunque se centra
exclusivamente en Quebec, es de un gran interés para quienes han ido
siguiendo con interés los casos de Escocia y de Cataluña. Destacan
algunos elementos:
Confusión sobre cómo interpretar el resultado. La lección principal es que una pregunta ambigua genera problemas. En el caso
de Quebec, los actores principales (en ambos bandos) tenían opiniones
diferentes y hasta contradictorias sobre lo que se estaba votando, y por
lo tanto sobre cómo interpretar el resultado del referéndum.
Fuera de Quebec muchos partidarios del No insistían que la votación era
algo de blanco y negro –o unión o separación– aunque algunos de los
entrevistados confiesan que era una interpretación puramente táctica. En
cambio, en el bando del Sí se defendía el concepto de una asociación
renovada para atraer a votantes indecisos.
El libro explica que dos de
los tres principales lideres soberanistas ( Lucien Bouchard y Mario Dumont) pensaban que una victoria del Sí provocaría negociaciones y una federación renovada, mientras que el presidente de Quebec, Jacques Parizeau, nunca creyó en un nuevo pacto y se preparaba para una independencia unilateral.
Tensiones dentro de los bloques.
Al largo de la campaña, Parizeau fue sustituido por Bouchard (quien fue
nombrado negociador-principal) como la cara visible de la campaña del
Sí. Sin embargo, Hebert y Lapierre documentan cómo Parizeau tenía la
intención de excluir a Bouchard de las negociaciones en el caso de una
victoria del Sí.
Los dos hombres ni siquiera se comunicaron el día del
referéndum. Mientras tanto, la ministra principal para los asuntos
constitucionales, Lucienne Robillard,
fue apartada de los circuitos de información porque estaba dispuesta a
aceptar una victoria del Sí. Se comenta la posibilidad de que fue
embargada a propósito la noche electoral para que evitase haciendo
declaraciones desafortunadas (desde el punto de vista del bando del No).
Se dio el caso que simultáneamente, una parte principal del Sí hubiera
interpretado una victoria ajustada del Sí como un mandato para negociar,
y que una parte principal del No lo hubiera interpretado como un
mandato para la secesión.
Concesiones a última hora. Como en el caso escocés, un primer ministro comprometido con una línea dura, Jean Chrétien,
al ver que las encuestas eran desfavorables –el Sí ganaba en las
encuestas la última semana– prometió un nuevo pacto a la ultima hora. En
este caso, el reconocimiento del hecho diferencial de Quebec (distinct
society) y un nuevo arreglo constitucional.
Pese a esta promesa, nunca
se adaptó la Constitución. Los expertos federalistas ya lo habían
advertido: cualquier cambio constitucional tenía que apelar al resto de
Canadá y no se podía ver como algo diseñado exclusivamente para
satisfacer a Quebec.
Confusión en el seno del estado.
En ningún momento hubo unidad dentro del bando federalista (federal y
provincial). En el caso de una victoria del Sí, los ministros del resto
de Canadá se estaban preparando para defenestrar el primer ministro, que
venía de Quebec, cuestionando si podría negociar en nombre de Canadá.
La oposición parlamentaria, mayoritariamente de la parte occidental del
país (y recordando algo a UKIP), iba a pedir la dimisión del primer
ministro a cambio de no abandonar la cámara de diputados. Según sus
contactos con Parizeau, estaban dispuestos a negociar una secesión
inmediatamente.
Hebert y Lapierre revelan que hasta una provincia como
Saskatchewan estaba haciendo planes de contingencia en secreto, donde no
se descartaba ninguna opción –ni la secessión del resto de Canadá.
Mientras tanto, Chretien había prohibido a su burocracia que hicieran
planes de contingencia, mientras que él en secreto estaba preparando un
gabinete de emergencia.
La dimensión internacional es relevante.
Los autores describen que el entonces Presidente de los EEUU, Bill
Clinton, había dado garantías que su país estaba dispuesto a respaldar
al gobierno canadiense en cualquier caso, independientemente de cual
fuera su reacción a una victoria del sí.
La respuesta de la Francia de
Jacques Chirac hubiese sido mucho más imprevisible, porque ambos bandos
contaban con él. Ambos bandos enfocaban sus estrategias del día después
hacia la comunidad internacional.
El referéndum solo era un elemento más dentro de un largo proceso constitucional.
El referéndum de 1995 se produjo, en gran parte, debido al fracaso en
1990 de la ronda constitucional que culminó el Pacto de Meech Lake. Era un detonante
parecido a la sentencia del Estatuto. Inicialmente, fue el partido
(federalista) Liberal de Quebec que propuso un segundo referéndum sobre
la soberanía.
Este referéndum no fue celebrado inicialmente, porque se
sometió otro nuevo pacto constitucional a referéndum en 1992 (el Acuerdo
de Charlottetown) y fue derrotado en las urnas, tanto en Quebec como en
el resto de Canadá. El caso canadiense es una muestra clara de cómo las
negociaciones constitucionales pueden fracasar repetidamente, y
alargarse durante años o hasta décadas.
Finalmente, después de la
experiencia de 1995, triunfó la tesis de que la claridad era
necesaria en cuanto a los términos de una secesión. Tesis que, por
cierto, en sus inicios era el planteamiento de la línea dura.
El contexto económico importa.
Para acabar, otro curioso paralelismo a los procesos escoceses y
catalanes. Algunos de los personajes entrevistados indican que el
gobierno federal de Canadá no se centró en Quebec porque estaba
demasiado centrado en el equilibrio presupuestario.
En 1995, el año del
referéndum, tuvieron lugar los mayores recortes al gasto social que se
habían producido en Canadá durante décadas. Si se pretende mantener la
unidad de un país, resulta ser que la austeridad a la ultranza no es la
mejor estrategia." (David Lizoain
, eldiario.es, 30/10/2014)
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