"(...) Un episodio que usted rescata en su libro: el de los voluntarios catalanes en la guerra de Cuba.
Cataluña fue la primera región española en organizar un batallón de
voluntarios para sofocar la rebelión separatista de 1869. ¿Cuántos
catalanes conocen hoy los cuadros que sobre ellos pintaron Ramón Padró i Pedret y Eduardo Llorens i Masdeu?
Hoy nadie recuerda que Cataluña fue la región más colonialista,
imperialista, belicista y antiseparatista de España. Políticos, prensa e
industriales catalanes se distinguieron por su oposición a la concesión
de la menor autonomía a Cuba y por su férrea voluntad de defender las provincias de ultramar hasta la última gota de sangre.
La prensa catalana de la época, sin distinción de ideología, en sus
textos y en sus imágenes, de extraordinaria calidad, por cierto, hizo
gala de un patriotismo agresivo que hoy provocaría vergüenza ajena.
Pero
lo llamativo es que muchos grandes industriales catalanes, hasta aquel
momento los más patrioteros, no dieron tiempo a que la sangre de los
soldados españoles se secara para dar un giro asombroso y apuntarse a un
catalanismo que hasta aquel momento, según escribieron posteriormente Cambó y Prat de la Riba,
era cosa de cuatro excéntricos.
Y quizá lo más sorprendente es que
desde Cataluña empezó a echarse la culpa del desastre a la España
castellana, como si los catalanes no hubieran participado en ello e
incluso, en muy buena medida, no lo hubieran provocado por la política
monopolista y arancelaria que, para favorecer a la industria catalana,
exasperó a los cubanos.
En aquel momento comenzaron a circular ideas como la de que los
catalanes habían sido conquistados y oprimidos por los castellanos
durante siglos; que a catalanes y castellanos les separaba una
insalvable incompatibilidad psicológica; que los castellanos, y sobre
todo los andaluces, eran de raza inferior por la presencia de una sangre
semítica de la que, por el contrario, los catalanes carecerían; que la
única salvación para Cataluña era la secesión, etc. (...)" (Entrevista a JESÚS LAÍNZ, LA GACETA 02/04/14, en Fundación por la Libertad)
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