"Nadie sabe cómo se resolverá el lío organizado por Artur Mas con su
apuesta por la independencia de Cataluña, pero está ya claro que el
presidente y la coalición nacionalista que dirige aspiran a que, por lo
menos, la jugada les reporte importantes beneficios marginales.
El primero, a la vista está, consistirá en ahorrarse rendir cuentas
al electorado por la forma en que se enfrenta a la crisis económica. (...)
CiU dejaría atrás su precaria situación de Gobierno en minoría en el
Parlament y se habría librado de su alianza con el PP, un socio ahora
indeseado. Sería un segundo beneficio marginal, nada despreciable. (...)
Luego, este refrendo electoral podría ser interpretado como el perdón
por el incumplimiento del compromiso electoral —aquel Levantar Cataluña
de 2010 que durante este bienio se ha convertido en exactamente todo lo
contrario— y como una aprobación de la política de recortes sociales de
la que durante dos años Mas ha presumido ser precursor en España. Es un
tercer beneficio marginal, de primordial importancia.(...)
La izquierda catalana ha sido pillada a contrapié y en estos momentos
es menos competitiva de lo que quizá hubiera sido en 2014 si la
legislatura no hubiera sido acortada en dos años. No ha resuelto sus
problemas de liderazgo ni ha extraído todavía todas las lecciones que
cabe sacar de los siete años de alianza gubernamental progresista. Es un
nuevo beneficio marginal.
Pero hay aún otro, ya cobrado por CiU, consistente en retomar la
iniciativa política en la pugna por el encaje constitucional de Cataluña
en España. (...)
Pero esta iniciativa le fue arrebatada por la izquierda cuando el
presidente Pasqual Maragall lanzó en 2003 la reforma del Estatuto de
Autonomía. (...)
El intento de Maragall fue desmontado en 2010 por el PP mediante la
sentencia del Tribunal Constitucional y desde entonces el catalanismo
entero, tanto el nacionalista como el federalista y el hasta ahora
minoritario independentista, ha ido a la deriva, sin otro proyecto que
el de superar el día a día.
Una agonía de la que, finalmente, Artur Mas
ha propuesto salir dando el salto desde la autonomía a la independencia.
Tiene condiciones para terminar siendo un salto al vacío.
Pero,
entretanto, determina que los protagonistas de una batalla política que
pintan como épica sean los dos partidos gobernantes en España y en
Cataluña, los dos partidos de la derecha: CiU por la parte del
nacionalismo catalán y el PP por la parte del nacionalismo españolista.
Gane quien gane, ganará la derecha." (
Enric Company , El País, 6 NOV 2012)
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