"Javier Barraycoa
es un profesor universitario barcelonés que ha puesto negro sobre
blanco las contradicciones del nacionalismo actual en un libro que
desmonta los mitos defendidos por el catalanismo político a nivel
histórico.
En realidad, Barraycoa destapa historias, desde la anécdota a la categoría, que no se conocen ni se divulgan en Cataluña.
No, al menos, en los libros escolares, ni en los foros políticos. El
libro está siendo un éxito de ventas. Se lee cómodamente y está enfocado
a la divulgación de la historia.
Historias ocultadas del nacionalismo catalán
(Libros Libres, 2011) no será libro de cabecera de los políticos
nacionalistas, pero lo leerán. El vicerrector de la Universidad Abat
Oliba CEU de Barcelona y profesor en la Universidad de Barcelona, autor
de varios libros desmitificadores de dogmas de la sociedad actual,
plantea en esta obra más de 200 historias ocultadas por el establishment catalán.
Desde la financiación de Mussolini a Macià para invadir Cataluña, al apoyo político y económico de destacados nacionalistas para que Franco ganara la Guerra Civil,
pasando por la historia del presidente de la Generalidad Lluís
Companys, que pasó buena parte de su vida con absoluta carencia del
sentimiento nacionalista. (...)
Cuando se refiere al nacionalismo, ¿se refiere al actual? ¿El nacionalismo actual marca distancias con la historia?
Actualmente, es un discurso que funciona solo, es como un autómata.
Es una ideología que pone en marcha, curiosamente, un círculo
conservador en Cataluña liderado por Prat de la Riba, porque el
catalanismo previo a este no era nacionalista y, de hecho,
originariamente la palabra catalanista servía para definir a un
historiador de lo catalán: gente muy tradicional, gente muy sensata,
gente que se sentía española… y los catalanistas de izquierdas
consideraban, todos, que la nación era España.
El primero que crea la
idea de nacionalismo es un conservador de derechas y pone en marcha una
ideología que con el tiempo ni siquiera ellos mismos pueden controlar.
El paso de la Lliga a la aparición de ERC es el paso del catalanismo
conservador político a un catalanismo que ya se les ha escapado de las
manos y es otra ideología que la toma la izquierda. Y actualmente pasa
lo mismo.
Macià, Companys y Tarradellas, por ejemplo, ¿son mitos vistos desde 2011?
Sí, hay una clara mitología sobre estos personajes. Todo nacionalismo
necesita crear un imaginario colectivo y necesita crear unos ídolos.
Muy pocos catalanistas o nacionalistas saben que Macià había sido un
militar españolista y monárquico, que cambia de actitud… esto pasa en
muchos catalanistas de los primeros años, que no eran nacionalistas,
pero de golpe cambian de opción en muchas veces por cuestiones
personales.
En el libro defiendo que hay algo de psicológico en el
catalanismo. Muchos catalanistas, después, se pasan al españolismo, como
Eugeni d’Ors, Valls-Taberner… es una especie de religión, conversos,
herejes, separaciones, peleas…
Cuando habla del tema psicológico, ¿se refiere a la obra de Oliver Brachfeld Los sentimientos de inferioridad, que cita en su libro?
Sí, hay una contradicción en el discurso nacionalista, que un autor
como Brachfeld lo pone incluso como ejemplo de la psicología del perfil
del complejo de inferioridad, que muchas veces necesita manifestarse
como mucho más de lo que es.
Esto genera, en el discurso catalanista,
una contradicción muy fuerte: Cataluña -y todos los catalanistas al
principio políticos hacen este discurso- somos una raza superior casi
aria, de orígenes arios, nos conectamos más con Europa que con el resto
de España que son moros, son semitas, etc., por lo tanto somos los más
avanzados, somos los mejores, pero siempre hemos estado dominados por
Castilla. ¿Cómo resuelves la contradicción: si somos mejores, cómo nos
dominan los inferiores? De aquí el complejo de inferioridad. (...)
¿Qué papel juega la cultura en el nacionalismo catalán?
Es fundamental. En el libro lo explico. Algunos catalanistas se
dieron cuenta -incluso Prat de la Riba lo dice- de que la lengua es un
arma política pero tenían conciencia de que ni el catalán se iba a
perder ni hicieron muchos esfuerzos en publicar en catalán. En cambio,
con el tiempo, dentro de la creación del mito, la lengua y la cultura
han tomado fuerza.
Es algo muy potente porque la lengua es el puente
entre el catalanismo ideológico racista y el catalanismo actual. Me
explico: durante 30 años defendieron el discurso racista potente,
tenemos un hueso en la cabeza especial (doctor Robert), pero hay un
momento en el que este discurso deja de funcionar, tras la II Guerra
Mundial, ya que se hunde el discurso racista en toda Europa. Y defienden
que, ya que no son raza, se han de definir por el idioma.
Esto es lo
que pregona Jordi Pujol: si conseguimos que la gente hable en catalán
los haremos catalanistas. Ya no es salvar la lengua por salvarla sino
que se convierte en un instrumento político incluso de transformación
mental. (...)
Es decir, ¿se puede ser nacionalista y de izquierdas?
Ahora sí, pero en su época era contradictorio. Incluso en los
manifiestos fundacionales de la banda terrorista Terra Lliure se expone
que la independencia para ellos no era el fin, no era una finalidad
política, sino que era un instrumento para una revolución internacional.
En los discursos de izquierdas siempre primaba la idea del
internacionalismo, y el nacionalismo era una característica ideológica
burguesa. Esta es la perversión del nacionalismo actual, la fusión de
conceptos contradictorios.
¿Y serán mitos Maragall y Montilla?
No. A Montilla ya le están llegando los puyazos para que no lo sea:
le acusan de traidor por ir al Senado de España. Y Maragall, al
contrario que Pujol, no tuvo claro nunca lo que quería.
Ha sido un
personaje demasiado contradictorio y poco coherente. No pasará a la
historia. De hecho, se acaba de celebrar el centenario del aniversario
del nacimiento de su abuelo, el poeta Maragall, y aquí nadie ha dicho
nada. Se ha vivido un silencio sepulcral.
¿Por qué permite el Estado que se creen estos mitos que son,
en principio, contra el Estado y fomentan el odio contra este? ¿Ocurre
esto en otros países?
El modelo nacionalista catalán se puede dar en varios sitios. Pero la
diferencia es que en España el Estado ha sido débil comparativamente y
la burguesía catalana ha sido muy potente. Esto le ha permitido
enfrentarse al Estado. Ya lo dice Prat de la Riba cuando escribe la
historia del nacionalismo, que viene a decir: teníamos una dualidad, una
contradicción, sentirnos catalanes y españoles, pero para seguir
avanzando en el catalanismo tuvimos que aprender a odiar lo español, a
odiar a España.
El propio nacionalismo sabe que necesita generar odio y
este es el leitmotiv. Lo que en un principio era un amor a Cataluña se transformó en odiar a España.
En el libro apunta que la especialidad del nacionalismo es
crear el problema para, luego, dar la solución. ¿Es lo que practica CiU
en el Congreso? ¿Es el hilo conductor del nacionalismo desde sus
inicios?
Sí. Hay varios analistas del nacionalismo de principios del siglo XX
que ya descubren esta táctica. La primera mentira era hacer creer a los
catalanes que los castellanos nos odiaban, y así, nosotros odiaríamos a
los castellanos.
Era crear la dialéctica del odio. Pero Cambó era muy
consciente -lo explica en sus memorias- de que esto era una forma de
conseguir una serie de beneficios para Cataluña, y de hecho no se lo
creían mucho. La Lliga, que no se llama catalanista porque no le gustaba
a nadie, reúne a muchos empresarios y burgueses del textil y se
convierte en un instrumento político de presión, pero no se creían el
catalanismo.
Como mucho un pequeño grupo de jóvenes reunidos en el
Centre Escolar Catalanista, que van creando la ideología del
nacionalismo, eso sí, con el dinero de la burguesía.
Sin embargo, durante el franquismo la burguesía catalanista
colabora con el Estado, y actualmente CiU es un apoyo a cualquier
Gobierno, ya sea del PP o del PSOE.
Cuando la Lliga se veía en la tesitura de tener que escoger entre ser
de derechas o catalanista, prefería ser de derechas. Hay bombas,
atentados… prefieren el orden, prefieren a Primo de Rivera, prefieren a
Franco, lo que sea. Hay algo en el catalanismo actual que todavía piensa
así y se mueve en estos parámetros, pero no todo. El día que sean más
nacionalistas que conservadores promoverán una ruptura.
¿Cree posible una ruptura de Cataluña del resto de España?
Sería la ruina absoluta de Cataluña, sería una desgracia. Lo saben.
Tienen estudios. Lo ha dicho Mas hace poco recordando que le gustaría
que la dependencia al resto de España fuera solo del 5%, pero
actualmente es del 80%. Saben que en la situación actual una ruptura
sería un fracaso.
Sueñan con lo que han definido como un divorcio amistoso:
estamos en el espacio europeo, tenemos el euro, libre comercio,
frontera abierta, España nos acepta en Europa… pero claro, esto no
ocurriría nunca. El Gobierno no permitiría que Cataluña entrara en el
euro, y tendríamos que volver a la peseta. Sería una situación agónica.
Además, en Europa no hay nadie que quiera romper las fronteras.
Aunque,
otra cosa sería que estallara Europa, ya que los nacionalismos siempre
surgen tras las guerras, por ejemplo. Pero en el escenario actual,
Europa no está para aventuras secesionistas.
¿Qué libros recomienda para conocer más la realidad histórica de Cataluña y entender lo que es la Comunidad?
Un libro que muy pocos catalanistas o nacionalistas han leído es el de Torras i Bages: La tradició catalana.
¿Por qué? Porque da una visión de lo que tiene que ser Cataluña, con
sus más y sus menos, porque Torras i Bages cuando lo escribe es muy
joven. Es un libro en el que, por ejemplo, critica a los que cantan
canciones en castellano pero, salvo en algunas cosas muy
circunstanciales, el resto del libro es una reflexión muy profunda sobre
la esencia de Cataluña.
También hay que leer La nacionalitat catalana,
de Prat de la Riba. La gente se llevaría muchas sorpresas cuando Prat
de la Riba acaba la obra afirmando que España es un Estado, compuesto de
muchas nacionalidades, y que Cataluña ha de liderar estas
nacionalidades para construir un imperio y llegar al progreso. Es una
proclama de un imperio español.
Quiere reconstruir el imperio español
que finaliza en 1898, y surge de una frustración de la fallida del
imperio. Lo curioso es que este libro sea el punto fundacional del
nacionalismo catalán.
¿Qué personajes olvidados y no mitificados destacaría de la historia de Cataluña?
Hombre, clarísimamente Eugeni d’Ors y Josep Pla, por ejemplo. Gente
que son catalanistas, conservadores y de derechas, pero que ven el
catalanismo como una expresión del regionalismo. Cuando se dieron cuenta
de que el catalanismo se estaba convirtiendo en un monstruo se
desdicieron. Otro personaje fundamental es Antonio María Alcover.
Es el
gran filólogo catalán que es traicionado por Prat de la Riba para
imponer el catalán artificial y falso de Pompeyo Fabra. Sí, Pompeyo,
porque nunca firmó como Pompeu, y siempre lo hizo como Pompeyo. Otro
sería Duran y Bas, que tiene una obra regionalista y, sin embargo, se
cree que es una obra nacionalista. Hay muchos autores interesantes pero
no interesa que se conozcan. No son mitos para los nacionalistas.
Acabamos. ¿La publicación del libro le ha supuesto algún problema profesional en Cataluña?
Cara a cara, no. Pero indirectamente, sí. Se me ha acusado de ser un catalán traidor, un botifler,
pero la táctica del nacionalismo siempre es, primero, ocultar,
silenciar… de momento estamos en esta etapa. Lo que pasa es que mi libro
está teniendo un éxito de ventas indudable. Por otro lado, estoy
teniendo mucho apoyo de entidades cívicas y de muchos lectores.
Curiosamente, muchas felicitaciones me están llegando de Valencia." (lavozdebarcelonal.com, 24/12/2011)
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