25/11/09

El racismo "blanco" de la Liga del Norte... el navideño... de las Navidades Blancas... claro...

"Este año el municipio italiano de Coccaglio, situado en la provincia de Brescia, desea celebrar una “Blanca Navidad”. Éste es el nombre de una operación policial contra los clandestinos que la Liga Norte ha puesto en marcha con la llegada de la Navidad. Hasta el 25 de diciembre, la policía llamará a la puerta de cerca de 400 casas en cuyo interior habitan ciudadanos extracomunitarios para comprobar si tienen la documentación en regla.

Para John, hace un año su “blanca navidad” fue el concierto góspel celebrado en la parroquia de Santa María Nascente, las largas noches de ensayo con sus amigos, también de Ghana, vecinos todos en el casco viejo, y los senegaleses que iban llegando a la iglesia desde el único barrio de viviendas sociales del pueblo. "Hace un año —nos cuenta John— la Navidad también era una fiesta para mí. Soy cristiano. Habíamos organizado el concierto porque sabíamos que los italianos no conocen muy bien este tipo de música, y que sólo la ven por televisión". "Este año, en cambio, nos dicen que en Navidad debemos abandonar el país".(...)

En Coccaglio, el municipio de Brescia que con la operación “Blanca Navidad” ha dado comienzo a la caza al clandestino en nombre de la Navidad, John y sus amigos suponen una quinta parte de la población. De las paredes de todas las oficinas del municipio cuelga un gráfico que crece rápidamente, dando muestras del terremoto étnico de los últimos diez años. Abril de 1998, 177 extranjeros. Abril de 2009, 1583 extranjeros de un total de poco menos de siete mil habitantes; una ola de migración que ha invadido esta antiquísima aldea y su centro histórico (...)

El encargado de política social, Agostino Pedrali, ha dicho: "Desde que nos hemos vuelto a hacer cargo del ayuntamiento, en el mes de junio, hemos gastado más dinero en los extranjeros que en los italianos: 89.000 euros frente a 43.000", a lo que Claudio Rossi, jefe del partido de centro-izquierda de la oposición, ha respondido: "No es más que propaganda. Sólo dos de las 150 asignaciones de vivienda han sido concedidas a ciudadanos extranjeros". (...)

"El problema no son los controles, y mucho menos el nombre —dice Mergan—, sino el momento escogido. Porque ahora existe el riesgo de perder, junto con el trabajo, la posibilidad de renovar la documentación. Es cierto que podemos contar con el subsidio por desempleo, pero sólo puede solicitarse una vez. Y además, ¿qué hacemos con nuestras mujeres y nuestros hijos nacidos aquí en Coccaglio?". Mergan tiene 38 años y llegó a la provincia de Brescia hace once años. Se casó y tiene cuatro niños. La suya es la historia de muchos otros inmigrantes, trabajadores de los astilleros que se encuentran entre Bergamo y Brescia, de la fábrica de muebles Scab, de la famosa cadena de cafeterías Bialetti y de cualquier taller mecánico. "Hace meses que no trabajo —dice Mergan—. Los italianos han dejado de llamarme. Si esto sigue así y un día vienen a hacerme un control, ¿qué va a pasar?". (presseurop, 24/11/2009)

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